Reforestan La Primavera en familia

Algunos con guantes puestos, otros sin ellos, pero con azadones, picos y hasta palas en mano, se dispusieron a plantar decenas de arbolitos en la Primavera.

Enrique Alfaro en la reforestación del bosque de la primavera. (Cortesía)
Martín Patiño Segura
Guadalajara /

A diferencia de otros fines de semana, éste sábado fue diferente para decenas de familias tapatías que se dieron cita hasta el bosque de La Primavera, pues pusieron manos a la obra y ayudaron a reforestar el gran pulmón que abastece de oxígeno a la ciudad.

Algunos con guantes puestos, otros sin ellos, pero con azadones, picos y hasta palas en mano, se dispusieron a plantar decenas de arbolitos en una superficie aproximada de dos hectáreas pertenecientes al bosque de La Primavera.

Familias enteras se dispusieron a plantar las especies para mitigar un poco, los que se han perdido, debido a los recientes incendios que aquejó durante varios días al bosque.

Niños desde los cuatro y cinco años, que apenas pueden cargar la herramienta, así como también jovencitos acudieron éste sábado para poner su “granito de arena” y regresar un poco de lo que el bosque nos ofrece.

Aunque, en un inicio no estaban tan fuertes los rayos del sol, y después la temperatura subiera, no fue impedimento para que, con gorra en la cabeza y una botella de agua, los participantes en esta reforestación de dos hectáreas de árboles, hicieran lo propio.

Mujeres, hombres y niños acudieron hasta el bosque para que, juntos, sociedad y gobierno pusieran manos a la obra.

El gobernador del Estado, Enrique Alfaro Ramírez, encabezó el evento de igual manera puso el ejemplo para dar inicio con la siembra dl nuevo arbolado.

La meta no era fácil, pues en esas dos hectáreas se debían sembrar mil árboles, pero con todas las manos que colaboraron, se logró.

También estaba parte del gabinete del gobernador, entre ellos el titular de la Secretaría de Medio Ambiente y Desarrollo Territorial (Semadet), quien también dio el banderazo inicial para comenzar con la siembra.

Y aunque La Primavera solo tiene cinco mil 700 hectáreas del bosque, se logró dar vida a una pequeña partecita.

Niños empuñaban la pala chica, sacaban tierra, metía el árbol y volvían a taparlo con la misma tierra.

Mientras que, otro tanto, los regaba, le ponía un chorrito de agua.

En otro escenario, organizadores del evento regalaban árboles pequeños a quienes los solicitaran, pues también había hasta pa’ llevar.

El calor comenzó, la temperatura subió pero, nadie desistió pues tenían que cumplir la meta acordada para volver a dar vida al bosque, misma que se cumplió.

JMH

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