El primer sonido de la campana para llamar a los feligreses a la casa de Dios, resuena en las calles aledañas de la parroquia San Agustín, allá en la colonia Cañada, en el norte de Tampico.
Es domingo, un día especial; los rayos del sol alegran la mañana, sobre todo para los niños que este lunes regresan a clases después de una larga jornada vacacional.
Mientras el coro de la iglesia ensaya los cantos, se da la segunda llamada para la ceremonia eucaristía dominical.
Poco a poco la gente empieza a llegar al centro de oración para la misa dominical, entre ellos, el señor José Juan Hernández, acompañado de sus dos hijas, Jade, quien carga en su espalda una mochila color lila, y Jimena, con la tradicional mochila de rueditas y agarradera color rosa fiusha, son las primeras niñas en llegar, apresuradas entran a la Iglesia, buscan el mejor lugar, se ven emocionadas por recibir la bendición.
"Ya tiene como unos cuatro años aproximadamente que aquí el padre Chucho de la iglesia San Agustín, hace esta labor muy bonita, muy padre, sobre todo por ellos porque les gusta venir y la iglesia y que el padre bendiga las mochilas, en esta ocasión apenas nos enteramos ayer que el día de hoy era la bendición, es bueno para que ella sientan que ese espíritu de Dios les acompañe en todo momento".
Después de persignarse, Jade expresa su sentir, está nerviosa pero contenta porque por primera vez acudirá a la secundaria.
"Estoy muy contenta de que me van a bendecir la mochila y con ella podré irme a la escuela, sé que con ella Dios me va a estar cuidando en todo momento para que las cosas salgan bien en mis estudios.
Tengo un poco de nerviosismo porque apenas terminé la primaria y ya por primera vez acudiré a la secundaria pero sé que Diosito va a ir conmigo y me va a ayudar en todo momento".
Jimena, es la más pequeña, ella también está feliz "yo iré a tercer año de la primaria, se siente bien venir a la iglesia con mi mochila. En mi mochila ya traigo mis cuadernos, los lápices, borrador , sacapunta tijeras, estoy muy contenta por recibir la bendición de Dios".
La tercera llamada a través del campanario que avisa el inicio de la eucaristía, se da, es el padre Chucho quien recibe a los feligreses, besa el altar, mientras el coro de la Iglesia canta alabanzas e inicia la ceremonia. La parroquia San Agustín está llena de fieles, todos prestan atención a la liturgia, a la primera lectura, al salmo responsorial, así como a la segunda lectura y el evangelio, hasta llegar a la comunión.
Antes de dar el rito de conclusión, el párroco llama a todos los niños para que se acerquen al altar con sus mochilas. "Ahora vamos a bendecir a los niños que trajeron su mochila y aunque no la hayan traído acérquense para recibir la bendición. Mañana (hoy), si Dios quiere entran a la escuela íbamos a dar gracias porque van a regresar al centro del saber en dónde van a aprender mucha ciencia para sus estudios, para su profesión intelectual".
Los niños caminan presurosos sobre los pasillos del centro religioso, hay sonrisas en sus caras, están felices por recibir la bendición del padre. "Dios padre poderoso fuente de toda bendición, que te complaces en la fe de los niños, bendice a estos niños que van a entrar a la escuela, para que los cuides de todo mal, de todo peligro y los ayudes a que aprendan cada día más las enseñanzas. Bendice a los maestros también para que tengan un buen corazón para cada uno de ellos. Bendice sus mochilas, sus útiles y para poder tener muchos profesionistas. Benditos niños que van a sus escuelas".
La misa ha terminado y así como Jade y Jimena llegaron de la mano de su papá, así regresan a su casa para disfrutar en familia del último domingo de vacaciones de verano, con los libros del saber dentro de una mochila bendita.