Guadalajara, una ciudad católica en la que se gestan alternativas para la fe

No se pueden ignorar los nuevos espacios que hay, con distintas modalidades, que atraen cada vez más a un mayor número de personas.

Recorrido de la Virgen de Zapopan en 2020 (Fernando Carranza)
Teresa Sánchez Vilches
Guadalajara /

En Guadalajara, los cambios religiosos que ocurren son pocos y lentos, pero rápidos en comparación con la permanencia milenaria del catolicismo.

Aunque no representan un porcentaje grande el número de creyentes que han optado por voltear hacia otro lado, no se pueden ignorar los nuevos espacios donde se están gestando alternativas y modalidades religiosas que atraen cada vez más a un mayor número de personas que andan en búsqueda de nuevas experiencias y significaciones.

De acuerdo con lo descrito en el ensayo “Modernidad, religión y diversidad religiosa en Guadalajara”, de Samuel Hernández Vázquez, estas ofertas de culto buscan orientar la existencia en este mundo de transformaciones rápidas, las cuales pueden, en un futuro, originar nuevos espacios donde la diversidad y la pluralidad tengan cabida.

“Por un lado la situación de pluralismo religioso contribuye a tener una moral más relativizada donde los valores son menos estables y móviles, pero por el otro, el catolicismo hegemónico tiende a renovarse y a reintegrarse en sus dogmas y en su estructura social”, dice.

De acuerdo con los datos del Instituto de Información Estadística y Geográfica (IIEG), la fe católica de Jalisco pierde adeptos que se cuentan por miles a lo largo de las décadas.


El catolicismo cayó de 96 al 93 por ciento de la población jalisciense entre 1990 y el 2010, es decir, alrededor de 200 mil personas dejaron de practicarlo.

En ese mismo periodo se duplicó el grupo que se autodenomina sin religión, ya que pasó de 0.8 a 1.7 por ciento, lo cual significa que hasta 2010, 124 mil jaliscienses ya no se identificaron con ningún credo.

Pese a esta pérdida de feligreses, la iglesia católica sigue siendo la principal fe que se profesa en la entidad. Actualmente, 92 por ciento de la población la práctica, 3.2 por ciento se identifica con la protestante evangélica, uno por ciento corresponde a la bíblica y el resto se inclina por otras opciones.

Si bien ha habido hubo una baja, la realidad es que esta es la doctrina que impera en la Perla Tapatía , en Jalisco y en todo México.

Cada enero, en su tercer domingo se celebra el Día Mundial de la Religión o Día Internacional de las Religiones.

Es una fecha variable creada con el objetivo de que exista tolerancia entre las personas y las distintas naciones sobre el tipo de religión que profesan y así, evitar todo tipo de conflicto, donde se respete la libertad de culto como un derecho universal.

Este 2021 se conmemora el 17 de enero. Para Samuel Hernández Vázquez, Guadalajara es una ciudad donde la hegemonía del catolicismo es evidente.

“Tan sólo en la zona metropolitana existen 472 templos dedicados para el culto. El catolicismo ha configurado las identidades, los espacios y la temporalidad de la ciudad de Guadalajara desde su implantación en estas tierras. La vida parroquial es el lugar desde donde se organizan los espacios y las relaciones que dan origen y cohesionan la vida social”, asegura el documento.
“En Guadalajara existe una vasta oferta de espacios mercantiles donde buscadores espirituales pueden encontrar alternativas a sus necesidades espirituales, mágicas o de superación personal. Esto lo vemos en la multiplicación de espacios comerciales que ofertan servicios y productos neoesotéricos. Es una pluralidad de alternativas, pero sobre todo una libre interpretación que acarrea profundos cambios en nuestra ciudad, como efecto de la modernidad que genera novedosas formas de ritualización colectiva”.

El académico de la Universidad de Guadalajara explica que en la actualidad aparecen fenómenos religiosos desinstitucionalizados, que cada vez tienen más presencia en esta ciudad, como son: las apariciones de la virgen en los no lugares; rituales esotéricos en espacios seculares.

Es el caso de Ixtepec en la Zona Metropolitana de Guadalajara, Huachimontones en el municipio de Teuchitlán y el Foco Tonal en el municipio de Ocotlán, que con motivo del equinoccio de primavera, el 21 de marzo, realizan una serie de ritos y programas culturales en torno al sol.

Otro de los fenómenos que cada vez más adquiere importancia, menciona Hernández, es el neoindigenismo, que hace referencia a la hibridación de corrientes nativistas o indígenas dentro de un marco new age, ya que las modalidades rituales están encaminadas a la búsqueda de la cultura ancestral y de nuevas maneras de conexión con la naturaleza.

En este sentido, reflexiona el investigador, la capital de Jalisco, Guadalajara, es un territorio que ya no es monopólico de una sola oferta de salvación, es en el presente un espacio disputado por un mercado abierto a la competencia, sin que ello signifique que opera bajo el sistema de mercado libre, al estilo neoliberal.

De 1990 a 2010, la población católica en Jalisco se redujo en un 3.6 por ciento, pasó de 96.5 por ciento a 93.2.

¿Cómo es el turismo religioso en Jalisco?

Una de las actividades más importantes tanto dentro de la religión católica como en la economía estatal es el turismo religioso.

Actividad de la que académicos de la Universidad de Guadalajara hablan en el artículo titulado “Del sacrificio al ocio en Jalisco”: “En general se puede afirmar que el caso Jalisco con relación al turismo religioso se observa que predomina la condición de peregrino (sacrificio) en los visitantes; los espacios sacros y sus contenidos culturales aún cumplen la función de generar entornos propicios para la veneración, contemplación y adoración; el proceso de religión-mitología es muy incipiente, ya que aun en los mejores casos donde el turismo religioso es más evidente como en Tequila, la fe sigue estando presente como un elemento primordial del viaje; no obstante todo lo anterior el incremento de días de estancia, de visitas a museos, de hospedaje en hotel y de usos de vehículos para arribar al destino, todo ello, implica un cambio en el modo en que el visitante, organiza su viaje y en el destino en la forma que acoge al visitante, donde algunos aún se empeñan en denominarlo Turismo religioso”.

En lo referente a como el viajero considera el sitio de visita, dice el documento: “En Jalostotitlán, San Juan de los Lagos y Talpa de Allende prevalece lo sagrado, el sacrificio y la fe y son consideradas ciudades santuario, no así el caso de Tequila, en la que no llega a considerarse que el turismo religioso o el sacrificio del peregrinaje tengan un valor significativo, en este sentido la visita al Santuario se considera una actividad secundaria, en el caso de Guadalajara y Zapopan por la variedad de actividades culturales y de recreación pueden ser consideradas ciudades turístico religiosas, sin embargo el viajero visita tanto la Basílica de la Virgen de Zapopan como el Santuario de los Mártires por cuestiones de fe y sacrificio y sigue prevaleciendo lo sagrado sobre lo atractivo”.

En 2010, los municipios con mayor cantidad de personas de religión católica, eran Guadalajara (un millón 351 mil 113), Zapopan (un millón 124 mil 303) y San Pedro Tlaquepaque (558 mil 932), seguidos de Tonalá (435 mil 47) y Tlajomulco de Zúñiga (373 mil 747). Estos cinco municipios reunían el 56.8 por ciento de la población católica del estado.

Al analizar los municipios con mayores proporciones de personas de religión católica, Ejutla encabeza el listado con el 99.4 por ciento de su población total, seguido de Chimaltitán, con el 99.2 por ciento, San Ignacio Cerro Gordo con 99.1 por ciento; y Unión de San Antonio y Acatic, con el 99 por ciento cada uno.

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SRN​

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