La producción de calzado es tradicionalmente reconocida como la principal industria de San Mateo Atenco; sin embargo, como toda manufactura genera desechos que tienen un fuerte impacto en el medio ambiente, en este caso los residuos de piel que los zapateros ya no utilizan después de los cortes.
Brenda Dávila, egresada de la licenciatura en diseño industrial por la UAEMex, creó desde hace siete años la marca Renacer Marroquinería, la cual aprovecha estos residuos para darle una segunda vida útil y crear artículos como aretes, moños, llaveros, identificadores para llave, clips para cables, entre otros.
“Los productores de calzado obtenían mucho desperdicio y me surgió la idea de generar productos que fueran útiles con esa materia prima. Regularmente aquí en San Mateo Atenco la desechan porque ya no sirve para sacar piezas extra y no le dan otro uso, como la especialidad de la mayoría es el calzado ya es un desecho”, declaró.
Temática
Con un proceso de corte láser en pequeñas piezas que requiere todo el cuidado para que la piel no se maltrate o dañe, Brenda diseñó una línea alusiva al Día de Muertos. Una mezcla entre artesanía y tecnología que se fusionan para dar como resultado piezas únicas llenas de belleza como aretes de papel picado y llaveros de calaverita de azúcar, entre otras.
“Empecé con los llaveros de calaveritas de azúcar, al año siguiente hice llaveros móviles y aretes. Me llegó un lote de piel de varios colores y había estado trabajando en papel picado de papel china y pensé por qué no hacerlo en cuero, primero surgieron llaveros y luego aretes”, dijo.
Comunidad
La marroquinería tiene como principal objetivo la elaboración de artículos decorativos y funcionales como los cinturones, bolsas, carteras, etcétera; sin embargo, la innovación a la joyería con ayuda de la tecnología abre la posibilidad a grandes creaciones.
Esta diseñadora y artesana encontró un nicho de trabajo, comunidad y amistad en San Mateo Atenco pues quienes se dedican a la marroquinería le aconsejaron y orientaron acerca del corte, costura y tratado de la piel, por ello, para Brenda es de suma importancia mantener viva esta tradición, desconocida aún para muchos.
Con este emprendimiento no solo se hace notar que los desechos pueden convertirse en verdaderas obras de arte si no que también es necesario rescatar actividades se van olvidando poco a poco.
“Que vean la importancia que tiene este arte y no se pierda en el tiempo porque ahora ya no hay marroquineros como los de antes, tenían un montón de experiencia; yo vengo de una familia que no se dedica a la marroquinería y me gusta mucho ser como la primer generación”, expresó.
PNMO