A cinco años de los sismos de 2017 que dejaron daños en 621 inmuebles históricos, pérdidas de vidas humanas y afectaciones en miles de viviendas, los retos en Puebla y, en general, en todo el país, radican en ampliar el monitoreo del comportamiento de suelos y en mejorar la red de alerta.
De acuerdo con el análisis “La alerta sísmica y el monitoreo del comportamiento del suelo, fundamentales para prevenir a la gente”, realizado por Eduardo Ismael Hernández y Gerardo López Arciga, investigadores de la Facultad de Ingeniería Civil de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep), Puebla es un estado que se ubica en un país de alta sismicidad, en donde la educación de protección civil debe ser un tema vigente, no sólo en las escuelas sino en los hogares y empresas para contar con protocolos para saber actuar antes, durante y después de un sismo.
Al cumplirse este 19 de septiembre de 2022 el primer lustro del sismo de 7.1 grados que dejó diferentes afectaciones en Puebla, Eduardo Ismael Hernández, investigador de la Facultad de Ingeniería Civil de la Upaep, resaltó la importancia de fortalecer la sinergia que debe existir entre las autoridades, universidades, los colegios y los gremios que se dedican a la construcción, con el objetivo de que se brinde la mejor respuesta ante un movimiento telúrico
“Lo mejor que podemos hacer es prepararnos desde el punto de vista de instrumentar las ciudades, de colocar más estaciones de registro sísmico, hacer los estudios pertinentes de zonificación sísmica para clasificar los tipos de suelo en función de sus propiedades dinámicas, y con ello, tener mejores prácticas del diseño y construcción de las edificaciones”, apuntó.
Por su parte, Gerardo López Arciga, investigador de la Facultad de Ingeniería Civil de la Upaep, destacó que la normatividad sísmica en México es una de las más modernas del mundo; además, se cuenta con ingenieros que se dedican a la investigación de los fenómenos y resaltó que la universidad poblana cuenta con diferentes acelerógrafos que ayudan a conocer cómo se mueve el suelo, cómo se comporta y toda la información contribuye para tener mejores argumentos para la prevención.
CHM