Retroceso en aprendizaje puede ser peor en Tamaulipas: activista

Aplicar programas para enfrentar el abandono de planteles y bajo rendimiento

Ante los nuevos contagios, padres de familia y docentes han dudado sobre el regreso a clases presencial. | Cuartoscuro
Cristina Gómez
Tampico /

Debido a que no fue uno de los estados que más pronto regresó a clases presenciales en la pandemia y algunas situaciones de riesgo al norte del estado pueden generar temor de desplazarse a la escuela, es probable que Tamaulipas tenga un retroceso educativo peor al promedio nacional reflejado en la prueba PISA, señaló el activista Juan Martín Pérez García.

El coordinador de Tejiendo Redes Infancia en América Latina y El Caribe, dijo que la entidad podría tener indicadores aún peores, lo que obliga a instrumentar políticas de Estado que contribuyan a resolver el rezago escolar y que se eviten conflictos magisteriales que lleven al cierre de escuelas.

“La prueba PISA tiene tres componentes académicos, matemáticas, ciencia y lectura, pero también agrega otros elementos contextuales como temas de seguridad, es evidente que Tamaulipas está en una condición más grave que otras zonas”, expresó en entrevista telefónica.

El representante del organismo no gubernamental, mencionó que en México, el 22% de los niños y las niñas refieren tener miedo para ir a la escuela, “entonces, sin un dato oficial, es comprensible que sea mayor (el porcentaje) en Tamaulipas”.

“También el dato global nos dice que los gobiernos que más tardaron en abrir las escuelas tuvieron más efectos negativos en el aprovechamiento, igual se puede interpretar mayor retraso en el caso de Tamaulipas, que no fue de los primeros en aperturar”.

Esta tardanza, explicó, acentuó otras problemáticas de carácter emocional y de socialización que analizó la prueba PISA, una evaluación internacional realizada por la OCDE, donde los datos, dijo, fueron preocupantes.

“En la pregunta sobre qué tan insatisfechos están con la vida, pasamos de un 11% a un 18% entre 2015 y 2022, muy significativo el incremento, mientras en la facilidad para socializar hay una reducción, también vinculado con la pandemia”.
Escuela. (Mauricio Román)

Juan Martín Pérez añadió que hay una caída terrible en matemáticas y muy poco avance en la comprensión lectora, situación que considera preocupante porque esto último tiene que ver con el derecho a tener una opinión propia y de pensamiento crítico.

Sobre el paro de maestros que tuvo Tamaulipas en septiembre pasado, comentó que los derechos laborales son legítimos pero el interés superior de la niñez debe estar por encima de todo y la autoridad debe prevenir estos conflictos.

“Cerrar una escuela por este motivo, si bien es un acto de presión, es usar a niños y niñas para ese acto de presión y a la infancia le afecta muchísimo estar sin escuela, no es solamente el aprendizaje”.

Pérez García expuso que urgen programas focalizados para enfrentar tanto el abandono escolar como el bajo rendimiento educativo “y no se trata en la prueba Pisa de poner taches o palomitas a nadie, sino de recordar que la educación es un derecho y la calidad educativa en estos tres criterios está directamente vinculada con la productividad de los países”.

Le recuerda a los gobiernos, que tienen que hacer política de Estado en materia educativa, porque “con programitas y discursos no se va a cambiar nada”. Concluyó que la prueba Pisa es la voz no escuchada de niños y niñas.


SJHN

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