Verónica García Jiménez no podía creer lo que veía frente a sus ojos, la entrada de su negocio de cerámica y artesanías estaba anegado por el agua, no podía si quiera dar un paso ya que la zona centro de Tula fue una de las más afectadas por las inundaciones de la madruga del pasado martes.
Frente a esa imagen llena de agua se fueron escurriendo las lágrimas que retenían los momentos y esfuerzo que tuvo que hacer por dos años para lograr levantar ese negocio, su proyecto de vida.
"Durante la noche no pude dormir porque el ruido del río sonaba impresionante y, a primera hora, me dirigí a mi negocio y no, no pude siquiera pasar porque estaba todo lleno de lodo, el agua estaba hasta arriba y no pude creer lo que veía porque no sólo es mi negocio, el de muchas personas, por ejemplo el de una señora que vendía teléfonos celulares, también está devastada.
"Todos estamos tristes, impactados porque nunca nos imaginábamos que iba a suceder esta situación, aunque siempre se rumoró que el río podría desbordarse, jamás pensamos que fuera a pasar en esta dimensión", dice.
Mientras contempla la escena, pasa como un rollo de película los dos años de trabajo arduo en una farmacia en donde trabajó para reunir recursos y alcanzar su sueño de abrir su propio negocio de artesanías y cerámicas que realizan su mamá y ella, y de donde salen los recursos para mantener también a su pequeño hijo.
"Se requirió mucho esfuerzo para reunir el recurso y poner mi sueño de vida y fue en febrero de este año cuando me decidí a salirme de la farmacia para fortalecer mi negocio, por lo que hoy me encuentro sin trabajo, sin negocio, sin ingresos... me pega.
"Mi familia depende de aquí, mi hijo y mi mamá que es una mujer adulta mayor quien también me apoya en el negocio y también le invirtió para que saliéramos adelante con él, porque era nuestro sueño, pero hay que volverlo a levantar", dice con una sonrisa nerviosa.
No se rendirá
Desde este martes pasado, Verónica regresa a la escena durante el día para ver si el nivel del agua disminuye y puede "rescatar" algo de mercancía para saber si puede remendar los daños y vender algo para comer, "pero no se puede en este momento, yo creo que podría entrar con una camioneta alta, pero no tengo y el problema es el lodo, lo que provoca que esté resbaloso.
"Toda esta parte del centro de Tula quedó con pérdidas totales porque el agua alcanzó yo creo que un metro con 80 centímetros, y solo quiero entrar a él para saber si hay algo que se pueda rescatar aunque no creo, porque el material con el que hacemos las artesanías no es resistente al agua", platica.
Ahora se ha decidido a levantarse cada mañana para rescatar algo de sus productos y ya está pensando en reunir a todas las artesanas afectadas en la zona para unirse y vender sus productos, que realizarán en estos días, para venderlos en línea.
"Primero veré qué puedo rescatar, lo lavaré y volveré a pintar para promocionarlo barato y promocionarlo, así podré comprar cosas nuevas y poder pagar la renta porque la debo, además de buscar si hay apoyo que brindará el gobierno o solicitar un préstamo para volver a reinvertir, o pedirle a algunos familiares, no sé aún.
"Tocaremos puertas hasta que esté una abierta, no me rendiré porque de aquí vive mi familia, somos artesanas de barro, pero no me detendré para volver a sacar adelante mi negocio, mi proyecto de vida que se llevó el río de Tula, pero no así mis ganas de salir adelante", concluyó.