Desde hace 17 años, Francisco Javier Bañuelos realiza su manda caminando descalzo hacia la Basilia de Zapopan, pidió por sus hijos, ahora en compañía de ellos y el resto de su familia asegura lo seguirá haciendo de por vida.
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“Pedí venirme descalzo cada año de por vida, para que mis hijos nacieran bien, el primero nació hace 17 años y ya tengo 17 años viniendo”, detalló.
A la fecha cuenta con seis hijos y todos se encuentran saludables. Apuntó que para ellos nunca ha existido algún impedimento para cumplirle a La Generala, pues aunque los dos años anteriores no se permitió el acompañamiento de los feligreses de manera presencial, él siempre ha acudido; por lo cual motivó a más fieles a no dejar de lado sus promesas o en el olvido.
“Pues que vengan, que vengan aquí a la llevada cada año, es bonito, que les inculquen esto a sus hijos es bonito”, señaló.
La inocencia y amor de los niños o niñas es tan inmenso, que hace que por un momento se olviden de las dolencias de caminar descalzos, dando grandes lecciones a los más grandes; como el caso de la pequeña Kristal, de tan solo 10 años de edad.
“Pues me gusta venir con la virgencita a acompañarla, le agradezco que si nos haga el favor”, comentó.
Rosa Lomelí, cuñada de Javier Bañuelos, expresó que el poder presenciar la llegada de la Virgen es un sentimiento inexplicable, pero sin duda reconfortante.
“No pues me da mucho gusto y sentimiento a la vez, llorar si, pero bien bonito que siente uno”, dijo.
Así como la familia Bañuelos y Lomelí, hay infinidad de historias de la gente que le agradece por milagros a Nuestra señora de la Expectación, La Virgen de Zapopan.
MC