Urge un plan de estudios que incluya desde el nivel básico el cuidado de la salud como una asignatura y formar así desde temprana edad una cultura de prevención que frene la espiral de la obesidad y diabetes, alertan expertos. La propuesta es llevar esta educación desde primaria y de manera integral para incidir positivamente en los hábitos alimenticios, con herramientas que vayan desde libros de texto hasta pláticas y talleres formativos nutrimentales
Así lo planteó en entrevista el especialista Tomás Guillermo Rodríguez Salazar, quien advirtió que es indispensable la cooperación de los padres de familia para no destruir en los hogares todo ese aprendizaje de prevención que pueda adquirirse desde los planteles escolares.
“Se tiene que integrar al plan de estudios para que exista una materia especial en educar y formar desde la niñez sobre hábitos alimenticios y auto cuidado de la salud, ese es el enfoque, fomentar un consumo nutricional, higiénico, aprender a rechazarlos productos que no son sanos y que tarde o temprano conducen a la diabetes”, señaló el galeno, quien cuenta con maestría en salud pública.
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El médico de la unidad diez del Centro de Salud de Tampico, lamentó que muchas veces los propios padres de familia son quienes inculcan consumos nocivos para la salud, dando a sus hijos refresco, frituras y otros productos con alto nivel calórico.
“Antes la mamá salía a comprar leche y pan, ahora sale por cuatro litros de refresco que cotidianamente se está ingiriendo y ello hace que se genere obesidad y procesos metabólicos que van a orillar a un cuadro diabético”, advirtió. Rodríguez Salazar observa que no existe la debida orientación y “se tiene que machacar la información” desde temprana edad por personas expertas, decirles el porqué de las cosas y las consecuencias del excesivo consumo de azúcares.
“Lo primordial en este proceso crónico degenerativo es la información oportuna, la orientación adecuada para prevenir, y por otro lado, hacer que la persona ya detectada con este problema se apegue al tratamiento y cambie los hábitos que generan todos estos problemas”. Recordó que se trata de un padecimiento de tipo genético pero también cultural, donde el gran enemigo es la alimentación inadecuada a través de productos que no tienen ningún valor nutritivo, la facilidad de adquirirlos y consumirlos cotidianamente, pese a las advertencias que se han hecho.
“El que se quiere suicidar se suicida”, destacó Tomás Guillermo Rodríguez.
SJHN