A las 06:30 de la mañana, Anayantzin Escobar, madre de Andrea Ortiz, entró a la habitación de su hija para despertarla. Este lunes fue un día importante para ella porque comenzó su educación primaria en medio de la tercera ola de la pandemia de coronavirus covid-19 en México.
Andrea amaneció entusiasmada porque deseaba jugar con otros niños, por eso desayunó avena para llegar con energía a la escuela. La pequeña de seis años vive en la Ciudad de México, en donde según las autoridades abrieron sus puertas 95 por ciento de las escuelas públicas y privadas después de permanecer cerradas por 17 semanas.
Amorosamente, la madre de Andrea la peinó para ir a la escuela. Ella fue su maestra durante todo el tiempo que cursó el kínder virtual.
“Entiendo que muchas familias han tenido momentos difíciles, pero más difíciles también los están teniendo nuestros niños; que ya no se les prive del derecho de ir a la escuela”, pide Anayantzin Escobar.
Ahora, los padres de Andrea decidieron enviarla a la escuela presencial porque en todo el plantel asistirán a clases presenciales sólo 37 de los 220 alumnos inscritos. En su salón sólo estudian seis niños.
Para los padres de Andrea es importante que la experiencia en la escuela le enseñará a sociabilizar con otros niños de su edad.
"Los niños tienen que aprender a convivir de manera diferente", comenta su padre, Sergio Ortiz.
Minutos antes de las 08:00 horas, el señor Sergio Ortiz, dejó a su hija en la escuela Best, ubicada en la alcaldía Benito Juárez. La niña usaba su cubrebocas como lo marca el protocolo de la Secretaría de Educación Pública.
Al llegar al plantel, todos los niños pasaron por un filtro sanitario y la escuela particular cuenta con ventilación, sana distancia, agua para lavado de manos y los insumos de sanitización necesarios a la puerta de cada salón.
El protocolo de la escuela de Andrea estipula que si un estudiante se contagia de covid-19 se le enviará 14 días a su casa para estudiar en línea y se avisará a toda la escuela, pero el plantel no cerrará.
Los maestros de escuelas particulares tienen el reto de aprender a dar clases en un modelo híbrido atendiendo al mismo tiempo a estudiantes en casa y en la escuela.
Entre el miedo de algunos padres y la emoción de los estudiantes por reencuentro con sus compañeros, comenzó el ciclo escolar 2021-2022.