El Instituto de Control Vehicular cerró sus puertas por el periodo de fin de año, pero antes de que eso ocurriera, miles de ciudadanos decidieron realizar sus trámites de forma presencial, por lo que las oficinas lucieron saturadas.
Argumentando que prefieren hacer filas que pagar recargos, los ciudadanos se dieron su tiempo para hacer los trámites.
“Vine a pagar unas tenencias y refrendos, de una vez aunque sea al final, lo que quiere uno es evitarse una deuda”, comentó Susana Reyes, una de las contribuyentes que acudió ayer a pagar.
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