La vida de Luis Fernando Ramírez González cambió hace siete años tras recibir un disparo durante un tiroteo en el Colegio Americano del Noreste; el joven que hoy tiene 22 años se considera un sobreviviente de la tragedia ocurrida en Monterrey, Nuevo León.
El 18 de enero de 2017, un joven de 15 años disparó contra tres de sus compañeros y su maestra, quienes se encontraban en un salón de clases del Colegio Americano del Noreste; posteriormente, el agresor se disparó.
Aún con el recuerdo a flor de piel por lo vivido, Luis Fernando platicó el proceso que llevó a cabo junto a su familia para poder salir adelante tras dicha tragedia.
Víctima de un hecho del cual se decía que perdería la vida, tras ser intervenido y mantenerse inconsciente durante tres meses, Luis despertó para afrontar la vida de una manera diferente.
"El despertar no lo recuerdo, o sea, toda esa parte del hospital es como un vacío en mi mente, como desde finales del 2016 y principios de 2017. Son meses como medio perdidos en mi memoria; entonces no me acuerdo de mucho. La noticia me la dieron ya cuando estábamos en la casa, fue ya como en mayo, varios meses después y obvio fue un shock; nunca te esperas algo tan fuerte".
"Como volver a nacer", así lo describe, pues aprender a usar su cuerpo desde cero fue un proceso difícil que ha llevado en estos años.
"Pues también a lo largo de los años fue intentar, no sólo una cosa, porque tal vez no se veía mucho avance en algunas partes, entonces era intentar también terapia con neuropsicólogos, terapia de memoria, terapia con caballos, también ejercicios en albercas, incluso también de agujas para la mano derecha que es la parte más afectada", relató.
Para sus padres, cada avance que tenía en sus terapias era motivo de felicidad, manteniéndolos fuertes y unidos para seguir apoyándolo.
"Pues también con él, porque va avanzando, va caminando, ya se puede parar de la silla, y avanzando en algún tema que iba logrando pues lo íbamos celebrando, entonces pues eso también también nos ha ayudado mucho a integrarnos más", comentó Aurora González, madre de Luis Fernando.
Parte de su proceso fue el perdón, soltar el peso de guardar rencor a su agresor fue lo que le ayudó a seguir adelante con su vida.
"Reflexionando, me di cuenta que de plano no tenía caso de andar cargando un peso extra, y nada más como que lo solté, fue algo muy orgánico y muy natural, nunca me costó aprender a perdonar."
Actualmente, Luis Fernando estudia la carrera de Producción Cinematográfica y tiene como meta concluir sus estudios y plasmar en un futuro su historia en un filme.
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