Iván no habla mucho, pero con su sonrisa refleja la alegría de tener reunidos a sus tres hermanos, a sus papás y a su tía, quien lleva a su bebé en brazos. Todos juntos en la explanada del 96º Batallón de Infantería, liderado por el Comandante Bernabé Lázaro Castellanos.
Iván, ataviado en su uniforme camuflado, salta entre charcos y sabe que sus botitas militares, hechas a la medida son resistentes. Doscientos soldados se encuentran ya listos para recibir órdenes y dar inicio a la ceremonia.
"¿Te gusta tu uniforme?", pregunta su padre. Iván asienta mientras que María de Jesús Badillo, su madre, recuerda que hace nueve años con cuatro meses nació su "pequeño ángel" sin poder caminar y ahora feliz ve que él puede mover sus piernas.
Iván corre a la tarima que han puesto para presentarlo a él y a Noemí, una joven de 15 años con sonrisa tímida, quien a pesar de tener paralizada la mitad de su cuerpo, camina feliz con su uniforme y del brazo de su mamá.
"Es un orgullo tenerlos en el 96º Batallón de Infantería. Es una manera de acercarnos a la ciudadanía y de convivir con ellos", dice el Comandante, quien durante la ceremonia, en su postura firme, militar, fue imitado por Iván.
Solo segundos antes de iniciar los honores a la bandera, Iván corre junto a su madre, los nervios lo alcanzan y hace una pausa para ir al baño. El personal militar espera al pequeño para izar la bandera y ofrecerle los honores correspondientes.
Después de la ceremonia, el Comandante invita a familiares e invitados del CRIT Hidalgo a degustar un desayuno en honor de Noemí e Iván.
Iván sigue saltando. Noemí abraza a su mamá, pero observa la placa de identidad especial que le fue ofrecida durante la ceremonia y que la acredita como soldado y "muestra de hermandad del batallón", ella sonríe.
Su día termina al momento de subirse a la camioneta del CRIT y salir a 10 km por hora de las instalaciones militares. Dejan atrás un pequeño muro que da la bienvenida al batallón que tiene inscrita la frase: "Damos todo por México y el bienestar de su gente, porque para cada soldado la Patria es primero".
El CRIT Hidalgo tiene una lista de espera de aproximadamente 400 niños, 20 más que el año pasado, que al igual que Iván y Noemí necesitan apoyo de profesionales de la salud y terapeutas para continuar siendo soldados de vida.