El llevar una vida libre de drogas y vicios es la filosofía de los miembros de la comunidad del Straight Edge, un grupo de jóvenes que tiene como objetivo divertirse, escuchar música y, sobre todo, mantener un cuerpo y mente sanos alejados de cualquier tipo de estupefaciente.
Cada año el 17 de octubre se celebra a estos jóvenes a través de la creación de una festividad norteamericana que, poco a poco, se ha ido expandiendo a lo largo del mundo.
Hace décadas los jóvenes a los cuales no se les permitía consumir alcohol o tabaco en los shows de hardcore, punk, metal, por ser menores de edad, se les marcaban las manos con una “X” en el dorso y con ello se les identificaba.
Trabajadores y asistentes ya sabían que no consumirían ningún tipo de estas sustancias al interior de los eventos. Poco a poco esta imagen fue arropada como un estilo de vida y hoy se expande prácticamente a todos los géneros musicales y subculturas.
Marissa Bolaños, una mujer que se dedica al diseño y tatuaje, tiene esta ideología desde hace más de una década.
“Es no consumir drogas y nosotros consideramos el alcohol y tabaco como drogas, a pesar de que la sociedad los tolera. El punto de esto era en contra de loque había en las tocadas de rock, del punk, del hardcore, en donde ya no se disfrutaba nada de la música y de los conciertos. Entonces un grupo pequeño de jóvenes empezó a disfrutar de eso e ir en contra de las drogas y el alcohol”.
Básicamente comenzó en un sector que gusta de música pesada, pero a la fecha se extiende a todos los géneros y subculturas, ya que en llevar un estilo de vida libre de estupefacientes ha ido en aumento.
“No necesitas que te guste ese tipo de música para que te guste ese estilo de vida”.
Si bien no consumen drogas, incluyendo las toleradas o legales, lo cierto es que algunos de ellos sí toman energetizantes para realizar deporte, tema que fue debate durante varias jornadas entre sus miembros. Al respecto, indicó que cada quien es libre de consumir productos naturales o artificiales, pero lo fundamental es mantenerse íntegros en mente.
“No los consideran como drogas, yo creo que el movimiento es algo muy personal, pero en este caso es más bien si tú tomas algún tipo de drogas, la cafeína y todo eso, pues evitarlo. En lo personal no consumo nada de eso porque considero que si cambias químicamente, sí te altera de alguna forma y hay personas que si llegan a abusar de esas sustancias”.
Desde la adolescencia
En el caso de la toluqueña, ella empezó a través de amigos y, a más de una década, no se arrepiente de haber integrado en su vida esta ideología.
“Llevo 12 años, todo empezó en la adolescencia porque me gustaba el rock y en punk, tenía un par de amigos que consumían drogas, bastante alcohol y lo vi como algo que no quería en mi vida, hasta que conocí el hardcore y un par de personas empezaron a hablar del straight edge y me documenté”.
Para ella fue prácticamente un shock porque se interesó en esta cultura que la ha llevado a conocer a personas que la siguen, la comparten y lo integran en sus esferas personales. El cambio es de uno mismo hacia al mundo, asegura.
“Fue algo que casi casi se iluminó ante mí y desde ese momento decidí llevar ese estilo de vida. Aunque el mundo entero no lo sepa, pero personalmente es una de las satisfacciones más grandes que he podido tener en mi vida”.
Marissa se ha enfrentado a cuestionamientos por elegir esta forma de vida. “Usualmente el consumo de drogas o productos tolerados en reuniones sociales suele ser casual o con motivos de convivencia, sin embargo, una vez inmerso en el Straight Edge, difícilmente podrías acceder a este tipo de productos.
BAFG