El legado del comandante Ariel Pérez Baca no sólo se limita a una institución, se percibe en la gente que lo conoció, en las vidas que tocó y guio, pues era un hombre admirable, decidido, que siempre brindó una mano a sus compañeros paramédicos o rescatistas, por ello, el personal del Servicio de Urgencias del Estado de México (SUEM), le rindió una sincera y emotiva despedida.
A los 84 años de edad, Don Ariel dejó este plano; pero sus ganas de ayudar permanecen en cada uno de los paramédicos y rescatistas con los que convivió, a lo largo de los 46 años de su vida que dedicó a salvar la de otros; uno de sus mayores logros fue la fundación de la Cruz Roja en el municipio de Atlacomulco y así poder atender con mayor prontitud y eficacia los servicios de urgencia que se presentaran en la región norte de la entidad.
'Don Ariel' destacaba por su calidad humana
Durante este homenaje, al que asistieron familiares y paramédicos, se compartieron algunos recuerdos, todos ellos evocando su calidad humana, ya que incluso en los momentos más complicados, siempre tenía un consejo.
“A la casa del comandante Ariel, y lo digo no sólo por cortesía, lo digo por reciprocidad, porque en aquellos años cuando el SUEM empezó en Atlacomulco, el comandante Ariel le brindó al personal su casa para que iniciara ahí sus labores”.
Quienes participaron en este homenaje recordaron que el comandante Ariel “nunca miró camisetas, nunca miró colores, veía compañeros, veía amigos, a gente con la misma visión, con las mismas ganas y compartir, él veía en cada persona una oportunidad de llegar más allá, de salvar a uno más, de hacer siempre algo más por la gente, por su pueblo, por su comunidad, por todas las comunidades de alrededor de Atlacomulco que le deben mucho”.
Durante muchos años, recordaron, picó piedra, primero para poder ser socorrista, después para tener el aval y posteriormente para conseguir un espacio idóneo y darle vida a la Cruz Roja en Atlacomulco, que si bien se dice fácil, representaron años de trabajo, de sacrificios, de no ver a la familia; sin embargo, ahora es uno de sus mayores legados, dejando una institución fuerte y comprometida.
Su familia sigue los pasos de su legado
Su legado también está en sus tres hijos, quienes también se dediquen a esta misma labor, así como sus nietos, que van siguiendo sus pasos.
“Don Ariel era un semillero, un semillero de gente que quería trabajar, que quería ayudar, que quería aprender y que se dedicaba”, recordaron.
Las y los integrantes del SUEM externaron un agradecimiento y su profundo respeto al comandante Ariel Pérez Baca, visionario quien fundó la Cruz Roja en Atlacomulco, en 1976, y quien desde entonces ha sido un sinónimo de entrega, calidad humana y ahora esa institución brinda atenciones incluso a entidades vecinas como Michoacán y Querétaro.
JASJ