Sufren talleres de zapato los embates dela falta de ingresos

Algunas picas de zapato han tenido que recortar personal por la falta de ingresos

José Guadalupe Hernández, zapatero (Mariana Ramos)
Mariana Ramos
León /

Eran las ocho de la mañana y los talleres de zapato lucían vacíos. Dos horas después el panorama era muy similar. A decir de los productores de zapato, las mañanas han sido "solitarias" desde el pasado mes de octubre.   

Como consecuencia, en algunas picas de zapato han tenido que recortar personal por la falta de ingresos ya no hay la misma cantidad de pedidos y los apoyos de gobierno parecen ser "un sueño", así lo confirmaron zapateros del barrio del Coecillo. 

"Se ha bajado demasiado la demanda, no sé si es por los aranceles pero la situación del país, ahorita estamos trabajando al 40 por ciento, hemos despedido gente, y la que tenemos ahorita trabaja medios días, algunos días completos porque no tenemos pedidos, tenemos las bodegas llenas porque no hay venta, está contraído el mercado", dijo Juan Macías Negrete, zapatero. 

MILENIO realizó un recorrido por el "corazón" del Barrio del Coecillo, considerado cuna del zapato y la curtiduría en León, donde también la mayoría de los patios de las casas son talleres donde se maquila, se corta o se ensambla pares de tenis, zapatos, botas o bien se hacen bolsas o cinturones. En cinco picas de calzado, los productores, patrones, y empleados hablaron sobre la situación   

"Desde Inicios de año exactamente, empezó el año muy mal, nosotros para estas fechas no almacenábamos zapato, lo que salía lo vendíamos. Yo pienso que es cuestión del gobierno federal que reactive la economía", aseguró Macías Negrete. 

"Se bajó más del 30 por ciento, en muchos lados se bajó el trabajo, apenas como que se va subiendo, pero es muy poco, como que aún hay desabasto de trabajo. Sobre todo afectó lo del cambio de presidente, el desabasto de gasolina, todo se elevó demasiado desde el desabasto. A veces sólo venimos a barrer ", dijo Emmanuel Rodríguez.   

"Ahorita casi nada más sale para comer, no es como antes. Los clientes no vienen. Antes había poquito y ahora casi no vienen, estamos trabajando menos de 9 a 12, y de ahí una tareíta. Ya mucha gente cambió de zapato y traen otros pegamentos y ya no va cocido, antes sacaba como siete y ahorita 2 mil pesos a la semana", comentó José Guadalupe Hernández. 

Es así, como en agonía y con la esperanza de rescatar el oficio y sacar por lo menos para mantener a la familia, decenas de zapateros esperan a que la situación mejore pues de lo contrario muchas cortinas, dicen, tendrían que cerrar.

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