Ser padrino de una tortuga lora es posible gracias a un programa que amantes de la naturaleza han echado a andar para protección de la especie, que ha tenido un respiro en medio de la adversidad que trae consigo la pandemia de covid-19.
A raíz de esta emergencia sanitaria, activistas lanzaron la convocatoria a la población para sumarse a la preservación de esta fauna, que es protegida por normas internacionales pues está en peligro de extinción. 500 personas han respondido a la campaña hasta el momento.
Este año se impulsará con mayor énfasis la campaña de apadrinamiento, que da derecho a los interesados de ponerle nombre a una de las tortuguitas que serán liberadas entre julio y agosto para desovar en playa Miramar de Ciudad Madero, Tamaulipas y playa Hermosa de Pueblo Viejo, Veracruz.
En el 2020 arribaron un promedio de 50 hembras lora, creando cinco nidos para la protección de sus huevos. Luis Alfredo Cárcamo Gómez, director del campamento tortuguero “El Chachalaco” ubicado en playa Hermosa, dijo que el apadrinamiento es una forma de recaudar fondos para dar continuidad al monitoreo y protección de las tortugas marinas en playa.
“Esta actividad de apadrinar a una tortuga inició con la temporada de anidación que tenemos en el campo tortuguero. Consiste en aportar económicamente cierta cantidad simbólica que es utilizada para continuar el monitoreo y protección de la especie y la persona tendrá derecho a nombrar a una de las tortuguitas que vayan a nacer y que se va a liberar al mar a través de una transmisión en vivo”.
Las redes sociales han sido las mejores aliadas de este programa, pues han conseguido llamar la atención de la población y en un año pandémico se ha logrado la participación de 500 personas para apadrinar tortuguistas.
En este plan participa el grupo Conservadores de la Biodiversidad y Educadores Ambientales (Cobea), que de la mano con el campamento tortuguero buscan seguir defendiendo la integridad de la tortuga marina.
Guillermo Ruiz, director de Cobea afirma que este animalito marino es el más protegido, y que no debe existir venta, ni adopción de la tortuga Lora, ni siquiera está permitido tocarla o quedarse con partes del quelonio aún después de muerto.
Estos dos jóvenes han aplicado sus energías y su amor por las especies marinas, ya que además de la protección a la tortuga Lora, están inmersos en la conservación de nutrias, cocodrilos, aves y otros tantos ejemplares de la fauna y vida marina.
Cárcamo Gómez, destaca que durante los 11 años que lleva en función el campamento tortuguero han conseguido cumplir metas importantes bajo este ecosistema que permite a la especie un lugar seguro y la garantía de que sus huevos están a salvo.
Y ante los buenos resultados que se dieron en la pasada temporada, están entusiasmados de volver a intentarlo, por lo que prevén lanzar una vez más la campaña de apadrinamiento, que estará saliendo a la luz entre febrero y marzo, luego de que la pandemia no permite hacer reuniones.
“Las personas que apadrinen a una tortuguita verán en vivo la liberación de las crías que apadrinaron y a las que darán un nombre; tomaremos fotografías y se dará una constancia de que participaron”.
Redes de pesca y basura han matado varias tortugas
A pesar de estar protegidas por normas internacionales y catalogadas como seres en peligro de extinción, sigue faltando conciencia por parte de la humanidad, pues se tira basura en las playas que finalmente llega al mar, hábitat de las tortugas marinas, o en su caso redes de pesca en las que quedan atrapadas y las matan.
Con la contingencia sanitaria se redujeron los decesos de las tortugas marinas, quienes mueren por el enmallamiento y ahogamiento.
Cárcamo Gómez dice que un 50 por ciento de estas especies morían por causa de estas circunstancias, porcentaje que se redujo a un 20% el año pasado, producto del confinamiento y cierre de playas.
Algunos números
- Su nombre científico es Lepidochelys Kempii.
- Tiene un periodo de incubación de aproximadamente 2 meses.
- Existen 8 especies de tortugas marinas en el mundo, de las cuales 5 llegan a desovar a México.
- En Tamaulipas existen 6 campamentos tortugueros y en el norte de Veracruz, 20. Miden en su etapa adulta entre 52 a 74 centímetros y su peso oscila entre los 32 a 50 kilogramos. S
- u cabeza es relativamente grande, ligeramente triangular de hasta 13 centímetros de ancho. El caparazón es relativamente corto y ancho, dándole un aspecto bastante redondeado y casi circular respecto a otras especies de tortugas marinas. Los escudos del caparazón pueden estar ligeramente imbricados en individuos juveniles.
- Sus aletas traseras presentan 2 uñas, mientras que las aletas delanteras pueden presentar 1 ó 2.
- En el Estado de Tamaulipas se estableció en el año 1966 el primer campamento tortuguero. De acuerdo a actividades en su conservación se ha logrado apreciar además de la tortuga Lora, a las tortugas Verde, Carey y Caguama, esta última hace dos años.
El robo de huevos en los campamentos tortugueros del Golfo no es un fenómeno notorio, sí se presenta pero en menor grado en comparación a las playas del Pacífico donde existe un gran saqueo de huevos, concluye.
Piden a la población conocer la vida marina, sobre todo de las especies endémicas de México, que sean conscientes de que este país tiene la fortuna de contar con una variedad extensa que no todo el mundo puede apreciar, por lo que exhortan a cuidarlas.
EVT