Con más de siglo y medio de antigüedad, la Catedral de Tampico dedicada a la Inmaculada Concepción, es el principal templo católico de la ciudad y sede de la Diócesis que dirige el obispo José Armando Álvarez Cano.
Es un monumento que narra la historia del catolicismo, de la arquitectura y del arte que despliega con generosa creatividad entre sus paredes y muestra con orgullo, imponente y sutil a quien llega.
Ubicado frente a la plaza de Armas en el Centro Histórico, su edificio que transpira religiosidad y belleza arquitectónica es uno de los más visitados por el turismo nacional y extranjero.
El icónico inmueble fue inaugurado en 1850 y sufrió un derrumbe en el año de 1917. Además, un rayo partió una de sus torres en 1922. Se reconstruyó ese mismo año con una fuerte aportación de Edward L. Doheny, un millonario propietario de la Huasteca Petroleum Company, empresa fuertemente ligada a la historia del gran Tampico de principios de siglo.
Posteriormente se recubre con cantera y se ubica un mural del pintor español avecinado en Tampico José Luis Diez, representando al Cristo Todopoderoso y escenas de la evangelización de la zona. La fachada es de estilo neoclásico acorde a la época en que se creó, cuenta con columnas de estilo corintio, tres enormes puertas dan acceso al templo y dos torres de tres cuerpos.
En la del lado oriente fue empotrado un reloj londinense, regalo de don Ángel Sáinz-Trápaga. El interior despliega hermosos retablos (obra de arte detrás del altar con escenas bíblicas o religiosas), pintura mural y pintura de caballete.
La majestuosa iglesia es una obra del arquitecto Lorenzo de la Hidalga. Ha sido testigo y parte fundamental de la historia del puerto de Tampico, refugio material y espiritual en los momentos más complicados que han vivido los tampiqueños como los huracanes Hilda, Gladys y Janeth en 1955, y actualmente la pandemia de coronavirus.
Pese a todo su significado y simbolismo, el paso del tiempo no le dispensó factura y actualmente requiere de elevados recursos para su restauración. Tras el fallecimiento del obispo José Luis Dibildox Martínez, la tarde del 31 de agosto del 2018, el Patronato Pro-Reconstrucción y Restauración de la Catedral fue disuelto de manera momentánea.
Su presidenta, Marcela Gual comenta que durante el tiempo que se encontraba todavía en funciones se logró arreglar las dos torres y el bautisterio, para recaudar fondos se realizaron tres conciertos, dos de ellos en el templo y uno en el Espacio Cultural Metropolitano.
Sin embargo no se concretó la cúpula principal, para la cual se requería la cantidad de cinco millones de pesos, por lo que esperan reunirse en próximas fechas con las autoridades eclesiásticas para replantear el proyecto y retomar las obras.
Hilda Margarita Gómez Gómez, integrante del grupo de personas que apoyaban al patronato dice que otro de los factores que terminó deteniendo los trabajos de restauración de la catedral fue la contingencia sanitaria causada por el covid-19.
Nuevo encargado de guiar la rehabilitación
A finales del pasado mes, el sacerdote Ricardo Ramos asumió la responsabilidad de guiar las tareas de rehabilitación de la Catedral porteña.
El obispo de la Diócesis de Tampico, José Armando Álvarez Cano, menciona que el padre habrá de reorganizar al comité para los trabajos de reconstrucción que deberán iniciar con apoyo de autoridades y sociedad civil que han mostrado su interés por participar en esta labor.
“Siempre renovar el personal ayuda, nosotros sabemos que hay mucha gente interesada en que nuestra Catedral esté bonita, por lo que ya se empezó con los trabajos de limpieza y de ir embelleciendo día a día las cosas”.
Monseñor Álvarez refiere que el mantenimiento y rehabilitación de cualquier inmueble como la Catedral de Tampico, requiere muchos recursos pero tiene fe en que se conseguirá el objetivo con la suma de voluntades.