Cuando se habla de protección animal vienen a la mente perros y gatos e incluso caballos y toros, pero nunca una gallina, una vaca, un cerdo o un pez. Ante ello, activistas exigen reformas legales y cumplimiento de normas que eviten la crueldad hacia estos seres vivos.
“Los animales que se crían y matan para usarse como alimentos son casi invisibles”, señala Isabel Franco, coordinadora de Investigación y Análisis Legislativo en México del organismo Igualdad Animal, que ha documentado la crueldad con que se realiza la matanza en más de 30 rastros de 13 estados del país, y promueve leyes para procurar que no siga ocurriendo.
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Se trata de Jalisco, Puebla, Hidalgo, Zacatecas, Nuevo León, Colima, Chiapas, Nayarit, San Luis Potosí, Aguascalientes, Tabasco, Oaxaca y Estado de México. Cabe destacar que Tamaulipas es una de las entidades federativas donde no se ha legislado sobre el tema, sin embargo hay importantes progresos legales en Jalisco, donde ya se aprobó una iniciativa para convertir en delito la crueldad animal en los rastros.
“También conseguimos que se castigue con 1 a 4 años de prisión la operación de rastros clandestinos y la matanza sin previa insensibilización de los animales en el estado de Puebla”, destacó la activista.
Y más recientemente se logró que Hidalgo se convierta en el primer estado en incluir todo un capítulo de bienestar animal durante la crianza en las granjas. La iniciativa aprobada también tipifica como delito la crueldad en los rastros, a castigar con 1 a 4 años de cárcel.
“Estas aprobaciones en Jalisco, Puebla e Hidalgo se dieron en gran parte, gracias a los protectores de animales que mandaron tweets, correos y comentarios en Facebook a los diputados, poniendo de manifiesto que la protección animal es algo prioritario y urgente para los ciudadanos”.
Se observaron trabajadores golpeando a los animales, o dándoles muerte estando aún conscientes y se podían dar cuenta de que estaban siendo desangrados, lo que representa graves incumplimientos a la Norma Oficial Mexicana que regula la matanza, por lo que se presentaron denuncias.
Isabel Franco lamentó que algo tan esencial como que los animales sienten todavía no exista en el marco legal, por lo que se trabaja en modificar la Constitución mexicana para reconocer que los animales con sistema nervioso complejo, incluidos aquellos usados como alimento sienten y por lo tanto su bienestar debería ser protegido.
“Debemos aprovechar lo que sucedió en Hidalgo para exigir a cada estado que también integren un capítulo de bienestar para animales criados para consumo mientras están en las granjas. Que tengan acceso suficiente a agua, alimento y a un lugar cómodo y seguro y que las intervenciones dolorosas se realicen solo si son necesarias y con supervisión veterinaria”, expuso.
CGCH