Madero está perdiendo su ecoforma al no considerar zonas de amortiguamiento para la conservación del medio ambiente afirman especialistas, que visualizan la necesidad de que la ciudad recupere espacios naturales perdidos y rescate el valor de los humedales.
“Es una ciudad sin estrategias de recuperación y ordenamiento de espacios con humedales, como por ejemplo la laguna La Ilusión, un reservorio con un invaluable potencial de paisajismo, que ha sufrido seccionamientos, rellenos e invasiones”, señaló el ambientalista José de Jesús Rojano Rodríguez.
Expresó que aunado a ello, la falta de equipamiento e infraestructura tienden a degradar el vaso lacustre, mismo que, insistió, requiere ordenamiento y atención, su recuperación y jerarquización de humedal como un reclamo de espacio público.
“Son dos sistemas, el urbano y el natural con desequilibrio entre sí y dejan de interactuar, lo que se refleja como un déficit en dicha relación entre sistema natural y lo construido”.
Reiteró que “no existe un sistema de defensa y amortiguación para protección de la naturaleza en Ciudad Madero”, cuando las políticas de desarrollo urbano llaman a buscar un equilibrio bajo un verdadero desarrollo sustentable.
“Debe haber una relación entre sistemas de humedales y construcciones, pero al no haberla se traduce en atrasos en materia de desarrollo urbano y calidad del medio ambiente”.
Crecimiento descontrolado...
Rojano Rodríguez sostiene que el municipio tiene un crecimiento urbano no controlado, pues fue cubriendo los lotes con edificación, olvidando que también se deben destinar áreas de conservación.
“La Agenda 21, en el contexto del cambio climático global, propone desde esta perspectiva un quehacer ambiental para la construcción de ciudades más sustentables”, apuntó.
Afirma que se podría ser los primeros en crear una reserva de biósfera urbana en la Laguna La Ilusión, en la zona conurbada y en Tamaulipas, si se hicieran los esfuerzos necesarios.
“Esto brindaría a Ciudad Madero la posibilidad de contar con nuevas alternativas para su desarrollo urbano y humano sin afectar el entorno a los futuros habitantes”.
Apunta que debe ser un proceso flexible en cuanto al uso de recursos y para adaptarse a las necesidades, confiable para que opere con continuidad y económico.
CGCH