La crisis de salud por covid-19 dispara en algunos hogares el mal manejo de las emociones. A veces las familias ni lo notan, hasta que uno de los suyos decide quitarse la vida, cansado de sufrir demasiado en silencio.
“Pepe” tenía 13 años y toda una vida por delante.
Estudiante brillante, querido por compañeros y maestros, parecía llevar una vida normal hasta que llegó la pandemia y dejó de ir a la escuela para tomar las clases desde su casa. A través de la computadora se le veía entusiasta, nada parecía ir mal.
Pero un día del mes de mayo ya no apareció en la pantalla y no se supo de él hasta que su propia madre lo encontró ahorcado en su habitación.
Especialistas afirman que las personas que llegan al suicidio tienen algún problema psicológico que viene desde la niñez y se manifiesta al momento de presentarse alguna dificultad en sus vidas.
El Día Mundial para la Prevención del Suicidio se conmemora el 10 de septiembre con el propósito de mostrar que estos actos se pueden evitar mediante políticas públicas integrales.
Cruz Roja evita 30 en el sur de la entidad
La contingencia sanitaria por el coronavirus aumentó el estrés y la depresión en muchas personas. Primero fue a causa del encierro domiciliario y después se sumaron las pérdidas de seres queridos, la enfermedad y una crisis económica sin precedente que a su vez dejó desempleo y hambre.
De acuerdo con estadísticas de la Delegación Sur de la Cruz Roja Mexicana, en los últimos cuatro meses han atendido 12 suicidios en Tampico, Ciudad Madero y Altamira, mientras que hubo otros 30 intentos de personas que quisieron acabar con su existencia.
Julio Cesar Castro Ramones coordinador de Socorros de la benemérita institución, señala que comúnmente han atendido estos llamados porque ingierengrandes cantidades de medicamento o se cuelgan por el cuello.
“Se intentan ahorcar o toman medicamentos, pero no hay un patrón a seguir. Al momento de atenderlos buscamos ser amigables con el paciente para que ya no lo intente, pero no hay una técnica a seguir, es como cuando atendemos a una persona con crisis nerviosa que los tratamos de tranquilizar”.
Un silencio que apaga vidas
El confinamiento domiciliario vino a traer caos en algunos hogares cuyos integrantes tienen complicaciones para manejar sus emociones, afirma la psicóloga Eva Laura Castilleja.
Refiere que es un proceso casi siempre visible pero a veces las familias no están concientes de la problemática o esta se da muy introspectivamente, todo parece “normal” hasta que alguien ya no puede más y decide escapar por la puerta falsa.
Recomienda a padres de familia no dejar de supervisar a sus hijos ahora que el ciclo escolar arrancó en línea. Calcula de un diez por ciento de los menores de 6 a 15 años que atiende tienen pensamientos suicidas. Ante ello es importante que a la menor señal reciban ayuda de profesionales para recibir la terapia necesaria.
En estas condiciones se acumula el estrés de los estudiantes porque no alcanzan a llevar el ritmo online de sus actividades escolares, porque los padres discuten por problemas económicos o de pareja y se van acumulando factores hasta ser una bomba que explote.
Se afirma que los trastornos mentales vienen desde la niñez, desde el trato con los padres, si la familia es unida o disfuncional, si les prestan atención o los ignoran, ya que es en esa edad donde forman su personalidad.
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Eduardo Martínez Rangel, psiquiatra general en el Instituto Mexicano del Seguro Social, explica que los trastornos que con mayor frecuencia se presentan y llevan al suicidio es el trastorno bipolar.
Los pacientes tienen dos fases: depresiva y manía. La crisis detona cuando no se toman sus medicamentos. Otro padecimiento es el trastorno de la personalidad emocionalmente inestable, que quiere decir que hay un problema grave.
“Hay quienes no toleran el estrés, algo que para cualquier persona es normal, para ellos es un martirio, no les gusta la frustración, por ejemplo cuando una relación no funciona y los dejan, piensan en suicidarse”.
LPR