En cinco meses de 2022 Tamaulipas suma ya diez feminicidios, pues en mayo se agregaron cuatro más a la estadística; la cifra más alta registrada en un reporte mensual por este delito, en poco menos de dos años.
El Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (Sesnsp) informó este lunes de los cuatro nuevos casos, número mensual que no se presentaba en el estado desde septiembre de 2020.
Mayo, mes en que se celebra el Día de la Madre, se coloca así como el más violento para las mujeres del estado, hasta ese corte.
La cifra destaca porque durante todo el 2021, se reportaron apenas 4 feminicidios, de los que para mayo de ese año apenas iban dos casos.
Si se comparan los 10 casos que ya se llevan de este delito con los 4 que se reportaron oficialmente de todo el año pasado, hay un aumento del 150 por ciento.
Pero si se le pone porcentaje a los 10 acumulados en 2022 contra los 2 totales al mismo periodo del año pasado, entonces hay un incremento del 400%.
A su vez, comparado mayo con abril del presente año, refleja que se duplicaron estos hechos, al pasar de 2 a 4.
En lo que va del presente año, ni un mes ha estado exento de feminicidios, enero tuvo 1, febrero 2, marzo 1, abril 2 y mayo 4.
En cambio, el año pasado, no se tuvieron registros de este delito en enero, febrero, marzo, junio, julio, agosto, octubre y noviembre.
Cabe recordar que la estadística del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública se alimenta de la información que le comparte la Fiscalía General de Justicia del Estado de Tamaulipas con base en sus carpetas de investigación.
Feminicidio es el delito que comete una persona cuando priva de la vida a una mujer por razones de género. Estas se configuran por nueve circunstancias establecidas por la ley.
Que exista o haya habido entre el agresor y la víctima una relación de parentesco por consanguinidad o afinidad, de matrimonio, concubinato, noviazgo o cualquier otra que implique confianza, subordinación o superioridad.
Que hubiese actualmente o con anterioridad, entre el agresor y la víctima una relación sentimental, laboral, escolar o cualquier otra que implique confianza, subordinación o superioridad.
Si la víctima presenta signos de violencia sexual de cualquier tipo; si le infringieron lesiones infamantes, degradantes o mutilaciones previamente a la privación de la vida, o presente marcas de estas características sobre el cadáver, necrofilia, o este sea mutilado.
Cuando hayan existido amenazas, acoso o lesiones del agresor en contra de la víctima, o misoginia; si el cuerpo es expuesto o arrojado en un lugar público; si la víctima fue incomunicada o se encuentre en estado de gravidez.
Finalmente, cuando confluyen todas aquellas circunstancias que no hayan sido descritas pero que sean consideradas en las legislaciones penales federales y estatales.