Ordenar el transporte público es clave para hacerlo seguro y acabar con el miedo e incertidumbre que sienten las mujeres al abordar un taxi o carro de ruta, señaló la ex titular jurídica del DIF Altamira, Gabriela Ibarra.
Es urgente, dijo, que las autoridades realmente obliguen a los concesionarios a cumplir los requisitos que marca la ley para operar el servicio y se evite seguir subarrendando concesiones, porque se pierde el control de los trabajadores del volante.
“Para que el transporte público sea seguro tienen que ordenarlo; en Altmira la mayoría de las usuarias sienten miedo e incertidumbre al abordarlo y más ahora con el caso de la joven que logró escapar de un chofer”.
La abogada apuntó que desde el momento que se otorga una concesión es porque la persona está identificable, pero al ser rentadas ya es un tercero el que maneja la unidad.
“Entonces no hay garantía de que se esté dando cumplimiento a la Ley del Transporte Público en el estado, pues el conductor no está en un registro”, expuso Gabriela Ibarra.
Agregó que en la ciudad industrial hay rutas que se abrieron para cubrir la demanda de los usuarios conforme a la creación de nuevos fraccionamientos, lo que implica que el transporte público atraviese zonas muy alejadas y que carecen de alumbrado público y cámaras de videovigilancia.
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“Se debe hacer una reorganización o revaloración de las rutas establecidas, un nuevo estudio para saber si son los lugares idóneos y que se vea la manera de que haya un mejor control por toda la zona, hay áreas que están muy solas”.
Servicio de todos Ibarra Lozano hizo ver que el transporte público es un servicio que se requiere diariamente, pero en el caso de las mujeres se sufre al abordarlo ante el temor de sufrir algún delito a bordo del mismo.
“Todos ocupan el servicio pero cuando eres mujer la incertidumbre y el miedo que se siente ante el riesgo de que algo te pueda pasar, es algo que deben ver las autoridades”.
lpr