Este recinto es uno de los más emblemáticos en la capital y recibe su nombre en homenaje al ex presidente Benito Juárez García.
Se mando a construir en 1872 por el entonces gobernador de Guanajuato, el General Florencio Antillón quien quería un teatro a la altura de los mejores del país.
Fue el arquitecto José Noriega quien estuvo inicialmente a cargo de la obra, 20 años después el arquitecto Antonio Rivas Mercado y el ingeniero Alberto Malo la reanudaron pero modificando el proyecto original de un estilo arquitectónico clásico a uno ecléctico.
Sus puertas fueron abiertas por vez primera el 27 de octubre de 1903, siendo inaugurado por el entonces presidente Porfirio Díaz en la etapa final de su mandato.
Para su inauguración el 27 de octubre de 1903 fue invitada la más alta burguesía y personalidades de México.
Los primeros en presentarse fueron la compañía Italiana de Ettore Drog, con la ópera de Giuseppe Verdi “Aída”.
Resaltan en su fachada de estilo romano dórico las esculturas vaciadas en bronce de ocho de las nueve musas, las cuales miden 3.5 metros. Inicialmente se tenían previstas las nueve, pero al retrasarse la llegada de la última, se opto por no esperarla más.
Su sala de espectáculos corresponde al modelo europeo, tiene forma de herradura y está conformado por cuatro órdenes de palcos y localidades generales.
Su telón, el cual recrea un fragmento del cuento de hadas “El cuerno de oro de Constantinopla” fue elaborado por el artista francés Labasta, un decorador y escenógrafo de la opera cómica de parís.
Fue hasta la década de los 70’s en el marco del primer Festival Internacional Cervantino, que se mando a restaurar, reponiéndose totalmente la instalación eléctrica y renovándose el alfombrado, ornamentación además de muros.