A finales del 2001, Tehuacán pasó de tener el tradicional camión recolector de basura que tocaba la campana por las calles, a contar con el más avanzado sistema de recolección de residuos sólidos urbanos; esto sirvió de ejemplo para varias ciudades del país, incluso, varias ciudades visitaron el municipio para conocer la operatividad.
En el trienio de Felipe Mojarro Arroyo, casi en el ocaso de su administración, el ayuntamiento suscribió la concesión del servicio con la empresa Olimpia y así inició el avance. Se instalaron contenedores y empezaron a operar camiones especiales para el vaciado y lavado de los depósitos, mientras que una barredora recorría las calles por la madrugada.
Asimismo, existía una planeación para el retiro de residuos de los más de 900 contenedores instalados en distintos puntos de la ciudad y juntas auxiliares, a los cuales la población podría depositar sus derechos cuando lo desearan. De esta manera, el ayuntamiento entregaba al Organismo Operador del Servicio de Limpia de Tehuacán (Ooselite) un subsidio, que más bien correspondía al servicio de recolección en mercados y oficinas municipales, con lo que se cubría parte del pago a la empresa recolectora.
Esta aportación económica fue avalada por los organismos fiscalizadores del gobierno del estado. Sin embargo, empezó el atraso en el pago de facturas y se generó una deuda de 8 millones de pesos, cifra que variaba según el servicio que prestaba la empresa.
Observan cuentas y suspenden el servicio
En la administración de Ernestina Fernández Méndez la Auditoría Superior del Estado (ASE) hizo observaciones por los pagos a la empresa Olimpia, a la cual la instancia dijo que no tenía la concesión de forma oficial.
Tras una revisión de documentos con la empresa, la sindicatura encontró irregularidades, pues la concesión se había firmado años atrás no en esa administración municipal, pero solo daba cumplimiento a lo que había en documentos.
En junio de 2017 se suspendió el pago a Olimpia, pero la empresa siguió con el servicio e inició un juicio civil contra el ayuntamiento y de Ooselite; este último tuvo que realizar el trabajo de recolección sin que eso estuviera permitido en el contrato.
El 8 de noviembre de 2018 la empresa dejó de prestar el servicio por falta de solvencia económica y se llevó los vehículos recolectores y la barredora. Ante esto, el ayuntamiento brindó el servicio de forma coordinada con el Ooselite a través de camiones recolectores hasta que terminó el trienio de Fernández Méndez. Olimpia, través de su representación legal, indicó que el ayuntamiento tenía un adeudo de 80 millones de pesos que esperaba recuperar a través de un juicio.
Contratan a otra empresa recolectora
En el trienio 2018-2021, que comenzó con Felipe Patjane Martínez, se firmó un contrato con la empresa recolectora Tersa del Golfo, la cual se comprometió a instalar contenedores en diversos puntos de la ciudad.
No obstante, al paso de los meses la firma no logró colocar la cantidad pactada de contenedores, que ascendía a poco más de 400. Además, tampoco contaba con vehículos para el vaciado de depósitos, por lo que se tuvo que acondicionar un trascabo.
Por lo anterior, se apoyó con unidades del Ooselite de la anterior administración. El servicio reportaba deficiencias, incluso había quejas de la ciudadanía por falta de cobertura en rutas y la saturación de contenedores
En junio de 2020, el presidente suplente Artemio Caballero López declaró que la empresa recolectora Tersa del Golfo no contaba con los suficientes vehículos y de forma irregular el Ooselite le había dado en calidad de préstamo las unidades; no obstante, esto era imposible pues Tersa del Golfo tenía el compromiso de comprar su propio equipo.
El contrato terminó el 14 de octubre de 2021, sin embargo, los nueve recolectores prestados por el Ooselite los tiene en su poder, pues existe un documento que le faculta tener bajo su cuidado las unidades sin que estén en servicio. Además, la empresa amenazó con no devolverlas debido a un adeudo de cuatro millones de pesos por el concepto de servicio. Con esta cifra, el ayuntamiento u el Ooselite tendrían que pagar hasta 100 millones de pesos pues perdieron el juicio.
Comienza caos en recolección
A finales de septiembre de 2021, habitantes de Santa María Coapan cerraron el acceso del relleno sanitario para exigir diálogo con el alcalde suplente, Artemio Caballero, pero este no acudió. En respuesta, los habitantes de Coapan no dejaron entrar los vehículos recolectores, por lo que el Ooselite buscó alternativas para depositar las aproximadamente 250 toneladas diarias de basura, que en un inicio se enviaban al relleno de Tepanco de López, pero los habitantes de Cacaloapan lo impidieron. Al no tener un lugar donde depositar la basura, se suspendió el servicio de recolección por más de una semana.
En esta administración se compraron 12 camiones recolectores para reiniciar el servicio; además, el alcalde Pedro Tepole Hernández firmó un convenio con el ayuntamiento de Chalchicomula de Sesma para que en ese lugar se depositen los residuos.
Por lo anterior, el alcalde indicó que se trabaja en un proyecto para una planta transformadora de residuos, mediante la cual se podrá hacer la separación de cada uno de los materiales y evitar que sean depositados en el nuevo espacio.
AFM