Las viviendas y otros espacios edificados con adobe son las construcciones más antiguas de la ciudad de Tehuacán, sin embargo, los sismos y la intemperie han afectado los muros al punto de colapsar, por lo que es importante que reciban mantenimiento constante para su preservación, dijo el urbanista Isaac Balderas Romero.
En entrevista con MILENIO Puebla, el especialista recordó que el sismo del 15 de junio de 1999, que tuvo su epicentro cerca de esta ciudad, dejó daños en dos mil 600 inmuebles, por lo que se realizaron peritajes. Como resultado, se realizaron 139 derribamientos de muchas construcciones de adobe.
Balderas Romero explicó que si ese tipo de construcciones se protegen de la erosión, se pueden mantener con una especie de recocido al unirse con lajas de piedra, sin embargo, no todos los dueños de inmuebles hechos con ese material realizan este tipo de intervenciones.
Recordó que en 1999 se desempeñaba como secretario de Obras Públicas y Desarrollo Urbano. El sismo de junio en el mencionado año provocó que el Palacio Municipal reportara daños y por ese motivo fue evacuado. En medio de la emergencia, en la explanada, se atendieron reportes ciudadanos, se integraron equipos de trabajo con personal de Obras Públicas, mientras que los ingenieros más experimentados realizaron visitas de inspección a los inmuebles afectados que se comenzaron a reportar desde esa misma tarde.
Ante este evento, recordó que muchos ciudadanos sacaron sus escombros al exterior de sus propiedades y al estar en la calle, personal del área de Obras Públicas se encargaba de recolectar y depositar los restos de construcción en un lugar previamente elegido.
Edificios de mampostería
La mayoría de los templos católicos en Tehuacán y algunos otros inmuebles que fueron edificados antes del siglo XX se hicieron de mampostería porque aún no había concreto; no obstante, son edificios bien hechos que han resistido el embate del tiempo y las contingencias de la naturaleza. Han sufrido daños, se han reconstruido y siguen de pie.
Días después del sismo, la doctora en Arquitectura, Margarita Martínez del Sobral y Campa, sostuvo una reunión en Casa del Obispo, donde estuvieron presentes varios arquitectos a quienes les informó que Tehuacán tenía varios inmuebles de valor histórico que estaban dañados y pedía el apoyo de los profesionistas para participar en la reparación.
En esa ocasión, a Balderas Romero le tocó trabajar en la reconstrucción del templo de San Francisco, Jaime Barroso en la Catedral, José Manuel Herrero en el ex convento del Carmen, mientras que otros estuvieron en la parroquia del Carmen y otros inmuebles, tras los dictámenes hechos por especialistas.
Del sismo a la investigación
El movimiento telúrico de aquel 15 de junio llamado “el sismo de Tehuacán”, tuvo trascendencia internacional. El fenómeno natural despertó el interés del investigador japonés Norio Abeki, quien apoyado por el ayuntamiento realizó una serie de estudios relacionados con las características del suelo.
Este trabajo lo continuó con algunos ingenieros del Instituto Tecnológico de Tehuacán durante cuatro veranos, por lo que se concluyó con un informe que se presentó en un congreso nacional y después internacional.
De forma previa, estudiantes de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (Upaep) también investigaron aspectos sísmicos de Tehuacán, cuyos resultados fueron expuestos en diversos foros.
Los estudios ayudaron a determinar los puntos donde se pueden tener zonas de concentración porque son menos vulnerables, así como las características de suelo y por otro por el tipo de construcciones que hay.
Tehuacán es vulnerable
Isaac Balderas explicó que Tehuacán es una ciudad vulnerable por los sismos, sin embargo, tiene un buen suelo en gran parte de su territorio, pese los edificios que no están bien consolidados y ante los movimientos telúricos sufren daños.
Por lo anterior, en Tehuacán se han modificado los reglamentos de construcción en su norma técnica para estructuras tras el siniestro de 1985. Asimismo, se recomendó evaluar los daños de los movimientos telúricos en Tehuacán, ya que en 1973 muchas viviendas resultaron con daños.
Por último, Isaac Balderas Romero indicó que se deben cuidar los análisis, “porque a veces jugamos con las formas, pero cuando viene un dictamen el inmueble tanto en su planta como en su volumetría, tiene mucho que ver en las consecuencias después de un sismo, muchas veces atentamos contra la naturaleza y esta eso no lo perdona “, reiteró.
CHM