El arzobispo de León, Alfonso Cortés Contreras, dijo que la elección del ser humano a Dios no se trata de un tema político o de derechos humanos, sino una muestra de amor con la que crecen las personas.
“El tema de la palabra de Dios de este domingo se trata de la elección, no son ustedes los que me han elegido a mí sino soy yo quien los ha elegido, en el fondo se trata de la palabra amor, se trata de la comunión entre personas”, dijo.
Dijo que un párroco le comentó a una madre de familia que le enviara a sus hijos a la catequesis y la mamá le contestó que a ella la bautizaron de niña y no sabía nada por lo que prefería que sus hijos no estuvieran bautizados y que cuando fueran grandes y puedan elegir decidieran si quieren cumplir con el sacramento.
El arzobispo mencionó que no es la primera persona en esa situación, pero la respuesta siempre será la misma: pues el bautismo no es entrar a un partido político o a una organización o cualquier cosa en la cual cada persona tiene que decidir, sino que se trata de la fe del principio de la vida por lo que es una forma de vivir.
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De tal manera que entonces el don de la fe viene de una elección, se trata de la vida y la vida no se ha elegido por nosotros, después se es libre de darle un sentido pleno de vivir bien o de suicidarse y esa es la única libertad del ser humano.
“En esta sociedad en la que vivimos se ha avanzado mucho en ese diálogo, en la compresión y en la práctica incluso exigiendo como un derecho humano el que cada persona elija lo que quiera. Antiguamente nos comíamos todo lo que se llevaba a la mesa, hoy los niños, los jóvenes, cualquier persona, puede abrir el refrigerador y comer lo que a él le guste”, agregó.
Enfatizó que elegir la ropa que alguien le gusta, irse de vacaciones a donde prefiera y eso, a veces es un conflicto entre los padres y los hijos, pero la pregunta es si se ha hecho un avance y la respuesta es sí, pues teniendo criterios para elegir se ha hecho un gran avance, pero también se debe saber de qué se trata la elección.
Cuando se quieren elegir cosas es muy válido saber qué cosas quiere y puede ser unilateral, el segundo paso es cuando la elección se trata de las personas como en un noviazgo o en una amistad, pero esa decisión no es unilateral, ahí hace falta la respuesta del otro, pero elegir a Dios la situación cambia por completo y es una ley de vida.