En 'Temaca' no se rajan, “nunca se han rajado”: habitante

La calma y el aire de paz que se respiraba en Temacapulín, que en Náhuatl significa "Baño termal" terminó con la noticia de la construcción de una presa.

Habitantes de Temacapulín no pierden las esperanzas de salvar su pueblo (Archivo)
Franco González
Guadalajara /

Para los habitantes de Temacapulín, Acasico y Palmarejo, han sido cerca de 14 años de lucha, de desgaste; de ir y venir, de defender lo que les pertenece y aferrarse a su derecho de levantar la voz en pos de una solución que les permita conservar, no sólo sus hogares, su tierra y su agua, sino su identidad y su dignidad.

La calma y el aire de paz que se respiraba en Temacapulín, que en Náhuatl significa "Baño termal" terminó con la noticia de la construcción de una presa que como la Señora Mari Chuy de 73 años, quien es originaria de aquel lugar, compartió: “representaría un progreso para sus habitantes”.

“Antes era un lugar muy tranquilo y dio un giro de 180 grados, yo no entendía de la maldad de los gobiernos, creo que nos dañó mucho a todos; yo no dormía, lloraba mucho. Nosotros no somos del calibre de los que están en el poder y mi preocupación era la gente mayor que está allá en el pueblo porque sacarlos era matarlos”.

Al preguntarle cómo es la vida actualmente para los habitantes de Temaca, Mari Chuy respondió que en aquel poblado, predomina la gente de la tercera edad, que una de las principales actividades económicas de la región es el cultivo y manifestó que los jóvenes, regularmente prefieren salir en busca de otras oportunidades, mismas que ellos han encontrado en una región perteneciente a la zona Altos Sur del estado y que es conocida como “La Cuna del Helado y la Paleta”: “Los jóvenes salen a trabajar en tiempos de secas, muchos se han ido a Mexticacán y se han hecho paleteros”. 

Para ella, la desgracia ha sido bastante, pero aseguró que “nunca se han rajado” y por ningún motivo lo harán, porque sabe que “sí se puede”, que no son insignificantes por ser pocos, que tienen derechos y que lo que no los mata, los hace más fuertes a pesar del hostigamiento del que dijo, han sido víctimas, afectando su salud emocional.

“Estaban fincando allá arriba en donde querían que nos saliéramos y por las noches ponían una lámpara grandísima que daba hasta el pueblo, además del ruido que hacían con sus martillos” señaló.

El tema de conversación que predomina entre los temacapulinenses, es evidentemente todo este desconcierto, provocando incluso, opiniones dispares, división entre familias y como dice Mari Chuy: “luchas afuera y luchas adentro”.

“Yo tengo puras hijas y todas le entraron a la lucha, nosotras aquí estamos y no quitaremos el dedo del renglón, los gobiernos no son los que mandan; es el pueblo y no somos propiedad de ellos, estamos defendiendo nuestra identidad y nuestra dignidad y de ahí no nos vamos a salir; el gobernador nos quiso mandar personas para mesas de diálogo pero ellos no saben dialogar, sólo saben imponer; lo queremos a él, que tenga suficientes agallas para ir con nosotros y que se acuerde que le dimos nuestro voto y no entró pensando en las personas, que no nos vengan a cuentear con que esto va a ser un progreso; el progreso va a ser para las empresas”.

La situación por la que pasan los pobladores de aquel lugar, es sin duda extenuante, como lo afirmó una de las hijas de Mari Chuy, Margarita Juárez de 42 años, al contar que ahora “desayunan, comen y cenan Zapotillo” ironizando respecto a los sucesos que han venido viviendo a lo largo de 14 años y externó: “al principio había miedo, no sabíamos que iba a pasar y ahora, después de 14 años, toda la gente de Temaca te puede hablar de cuestiones técnicas, jurídicas, socio ambientales; todo lo que implica el daño de una presa pero más allá de eso, tenemos propuestas; somos afectados que estamos en resistencia pero también estamos dando propuestas porque hemos aprendido y estamos tratando de educar al gobierno, tratando de hacer que la gente se concientice”.

SRN


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