Temen desaparición de salineras en Altamira

Crecimiento de la industria las pone en riesgo

“República lomeña”, fue el nombre que se le quiso dar a este lugar I Foto: Yazmín Sánchez
Pablo Reyes
Altamira /

Habitantes del ejido Lomas del Real en Altamira temen la desaparición de los charcos salineros con la expansión de la industria, ya que se ha visto un crecimiento constante al límite de sus áreas de trabajo.

El regidor Adrián Olvera Tavera, señaló que es el único campo salinero en Tamaulipas que además se ha convertido en un atractivo para visitantes, sin embargo, está en riesgo por los proyectos de expansión de la industria.

"Están hablando de conseguir algo de apoyo, tienen mucho temor por la expansión del Puerto, que se vaya a expandir y vayan a desaparecer los charcos de las marismas que vienen desde hace muchos años".

Destacó que cientos de familias dependen de las salineras desde hace varias generaciones, por ello, pide al Gobierno Federal su intervención para proteger esta área y la industria que brinda sal industrial y doméstica.

“El constante desarrollo portuario y la competencia, mantienen en un riesgo latente de desaparecer a los campos productores de sal que se ubican en el ejido Lomas del Real de Altamira. El Gobierno Federal tendría que tener una plática con API y que se preserve esa zona porque es una área preparada”.

Las salineras de Altamira son de las más grandes que hay en el país, sin embargo su bajo costo de comercialización y la competencia de otros productores mantienen en una situación difícil dicha actividad.

En el ejido Lomas del Real de este municipio en donde se encuentra la salinera más grande de la zona y de donde dependen al menos 80 familias de manera directa, mismas que residen en comunidades aledañas y le dedican hasta seis meses a sus tierras antes de obtener la sal.

En la actualidad enfrentan dificultades que han propiciado una baja en la producción, pero también las bajas ventas de este producto esencial, que no puede faltar en ningún hogar, comedor, restaurante, purificadoras, empresas o la misma industria.

Uno de los problemas es la crisis económica que trajo consigo la contingencia del covid-19, ya que muchas de las empresas que diariamente cargaban camiones completos, ahora solo en pequeñas cantidades.

En camiones o camionetas, purificadoras y empresas acudían a la Cooperativa de Producción Salinera de Altamira para llevarse, una, dos y hasta 10 toneladas de producto, cuyo costo es de 800 pesos la sal de segunda, que es la que aún viene sucia con algo de arena y la de primera, que pasa por un proceso de lavado y el costo se eleva a mil 50 pesos.

Lo anterior ha generado que de tener una producción anual de 12 a 15 mil toneladas en las marismas, no se ha logrado llegar ni al 50% y esto habla de una pérdida de miles de pesos para los socios.

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