Los motores de las lanchas se escuchan a lo lejos, poco a poco se acercan al último brazo del río Tamesí, ahí en la orilla del mercado de "La Puntilla", son los pescadores que desde una noche anterior salieron a buscar a los ríos, lagunas y al mismo mar, pescado y marisco para poder ofertar.
No vienen solos, aún no amanece y se escucha el aleteo de garzas blancas, gaviotas y pelícanos, que les acompañan pues saben que comida traen.
Los primeros rayos del sol aparecen y con ellos la gente trabajadora del lugar, caminan presurosos pues saben que hoy es un día especial, es el inicio de la Cuaresma, el primer viernes. "Buenos días don Juan" se escucha una voz que saluda a uno de los pescadores que baja camarón y jaiba de su lancha. "Buenos días, ya traigo un poco de jaiba y camarón, ¿va a querer?", pregunta don Juan, el primero de muchos trabajadores que diariamente exponen sus vidas trabajando tan solo por llevar el gran manjar hasta los hogares.
El desfile de camarones, ostiones, caracoles, rayas, cazones, jaibas, robalos, huachinangos, jureles, curvinas, ha iniciado, son colocados sobre las bandejas para exhibir e incitar a los clientes a comprar.
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Son las siete de la mañana, la gente empieza a llegar al bordo de protección donde de manera improvisada se colocaron locales para la venta de los productos de agua dulce y de sal, mientras avanza la construcción majestuosa del nuevo mercado, obra que el ayuntamiento de Tampico inició a construir hace unos meses.
La gente está llegando al emblemático lugar donde se respiran olores característicos que algunos no pueden tolerar, pero se olvida cuando la vista cambia la percepción al ver pirámides reales del pescado más fresco que viene de la laguna, el río y la mar.
"Qué belleza nos da el mar, todo se antoja llevar. De entrada no me gusta mucho el olor del marisco, pero sé que es normal, huele fresco, huele a mar. Yo vengo por caracoles, filete y camarones pues quiero preparar una rica sopa de mariscos", dice Carolina Terán, mientras sigue el recorrido entre el tumulto de gente que también busca lo más selecto del lugar.
Entre los locatarios de La Puntilla, hay un buen ambiente, se respira optimismo después de tener una semana baja en ventas, doña Minerva, quien trabaja el filete de pescado y la pulpa de jaiba, afirma que "esperamos que en esta cuaresma venga más gente porque hay poco producto por el mal tiempo, eso no permite a los pescadores salir a trabajar y no traen producto, eso es una pérdida para ellos porque hay veces que llegan hasta con uno o dos kilos de pescado".
Doña Minerva continúa diciendo que pescados y mariscos se incrementan, no porque sea el inicio de la cuaresma y haya mayor demanda entre los clientes, sino porque el producto, cuando la cuaresma inicia en este mes, es escaso.
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"El costo en este mes, en esta cuaresma se incrementa, no porque se acuerde sino porque el clima afecta mucho en la producción".
Mientras pica cilantro y cebolla para la preparacion de ceviche, Antonio Gutiérrez, dibuja una sonrisa en su rostro, parte del optimismo que hay por la nueva temporada de ventas.
"La gente ya está llegando y por lo que veo es gente de fuera, son turistas. Veo que están llegando autobuses y ahorita nos están pidiendo mercancía para la playa y pienso que esto está empezando bien".
Las horas siguen pasando y los clientes llegando, mientras don Juan, morral en hombro, camina entre aquellas garzas, gaviotas y pelícanos que lo vieron llegar, se dispone a trepar su lancha para dejar la ganancia en su hogar y por la noche nuevamente saldrá a pescar.
VLSS