Era un niño y siempre veía surcar el cielo a los aviones civiles desde su natal Cuauhtémoc, la tercera ciudad más grande de Chihuahua, así que gracias a la Fuerza Aérea Mexicana pudo cumplir su sueño.
Se llama Damon Santiago González Urías y es teniente de Fuerza Aérea Piloto Aviador, pudo cumplir su sueño aunque nunca se imaginó que lo haría dentro de las fuerzas armadas de México, para defender y cuidar a los habitantes de su país.
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“Recuerdo que en Chihuahua, veía pasar las aeronaves civiles y me intrigaba sentir lo que era volar un avión”, cuenta el ahora especialista, con una sonrisa de orgullo que no puede ocultar.
Recordó que cuando era joven, un grupo de militares que buscaban vocación militar en su población se acercaron a las escuelas y en ese momento fue donde descubrió a qué quería dedicarse el resto de su vida.
En su pecho, del lado derecho, tiene una placa con el apellido González y cerquita corazón, las alas con la bandera tricolor que le dan vida a su elegante uniforme azul marino. Recordó el joven que así como lo motivaron para ser un elemento militar, ahora hace lo propio.
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El próximo 10 de febrero es el día de la Fuerza Aérea Mexicana, es el aniversario 108 de la rama del aire de las fuerzas armadas y lo que se pretende es poder despertar aún más el interés de los jóvenes en estados como Tamaulipas.
“Cuando ingresé, mi pensamiento era que no era un trabajo sino un estilo de vida”, relata González Urias, mientras refiere que los jóvenes pueden acatar la convocatoria con los 18 años cumplidos.
El interés en estados como Tamaulipas, en el cual la inseguridad tiene brotes en ciudades específicas como en Reynosa, Matamoros o Nuevo Laredo, hay muchachos que se han acercado y a preguntar “¿Cómo le hago?”.
El joven Víctor Felipe Cuevas Martínez, que se desempeña como Sargento Primero de Fuerza Aérea de Armamento Aéreo, es la persona responsable de mantener el armamento en las aeronaves.
Contó la primera ocasión en que tuvo la posibilidad de demostrar todo su adiestramiento, en una misión que le tocó de noche y, a pesar de que parecía ser complejo, pudo sacar adelante con el apoyo de su capacidad y apoyo de sus compañeros.
“El hacer un vuelo por la noche es una actividad satisfactoria en oscuridad total con los aparatos necesarios se puede ver a través de la oscuridad, te acoplas a medir distancias, el recorrido de autoridades y todo lo necesario”, explicó.
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Sin embargo, tal vez la población considere que solamente es cuestión de seguridad pública; sin embargo, ser parte de la Fuerza Aérea también involucra situaciones de salvaguarda de la población al desempeñar planes como el DN-III.
“Es un orgullo, porque el hecho de que las aeronaves vayan artilladas, le dan razón de ser una fuerza armada, en la decisión de pertenecer a este servicio me surgió al analizar todas las áreas para poder desarrollarme y me llamó la atención conocer el armamento”, relató.
Los jóvenes interesados en pertenecer a la Fuerza Aérea, está el Colegio del Aire que se divide en la escuela de mantenimiento, especialista de la fuerza aérea y la escuela de aviación.
SJHN