Teresa es una mujer que ha desafiado al patriarcado y ha mostrado a la sociedad que tiene las mismas habilidades que los hombres incluso cuando de fuerza física se habla, pues se desempeña en el oficio de embobinado de motores.
Teresa Sarahí Hernández Álvarez tiene 30 años de edad y desde pequeña le llamaron la atención los motores, hoy trabaja en una empresa donde se dedica al embobinado de motores industriales y le gusta lo que hace.
"Me dedico a lo que es reparación de motores, que viene siendo embobinado y a darle mantenimiento a maquinas industriales, por ejemplo, en control eléctrico y manejar voltaje de 440, 202, todo ese tipo de trabajo es el que hago yo, por el momento trabajo en una empresa, tengo un año pero de dedicarme a esto voy a cumplir 16" comentó.
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Empezó porque cuando era niña a un lado de la casa de su abuelita un señor hizo un taller de embobinado de motores y le pidió permiso a su mamá si le podía ir a recoger la basura y cuando cumplió más edad le propuso trabajar con él y a los 16 años se metió al embobinado que es el cambio del cobre magnético de los motores.
Señaló que hace 15 años cuando empezó, la mentalidad era muy diferente, pues había muy pocas personas que se dedicaban a dicha labor y cuando ella atendía, mucha gente le preguntaba por el patrón porque no confiaban en ella para que hicieran un trabajo que aún hoy se piensa que es exclusivo para hombres.
En León es la única mujer que se dedica a esto, aunque dijo que ya hay más participación de mujeres en mecatrónica y electrónica.
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Subrayó que, cuando llega un motor, se siente tal y como los doctores cuando llega un paciente casi a punto de morir, y cuando lo echa a andar experimenta una gran satisfacción.
Es un estuche de monerías, pues también le ha hecho a la fontanería, albañilería y a trabajos de casa, pues tuvo que aprender debido a que en su familia eran casi puras mujeres.