Mexicano permanece en el hospital a un año de tiroteo en El Paso

Mario de Alba es uno de ellos. Su familia ya ha perdido la cuesta del número de operaciones a las que se ha sometido. Hoy con 50 kilos menos, continúa su proceso de recuperación.

La cantante Vicky Carr visitando al sobreviviente Mario de Alba. (Especial)
Norma Ponce y Melissa Del Pozo
Ciudad de México /

Al cumplirse este lunes un año del tiroteo que dejó 23 personas muertas y 26 heridas en Walmart de Cielo Vista de El Paso, Texas, el mexicano Mario de Alba es el último sobreviviente que aún permanece hospitalizado.

Tras haber perdido los signos vitales por más de siete segundos derivado del ataque, el chihuahuense de 49 años sobrevivió de milagro y ahora, desde un hospital en la ciudad de Chihuahua, continúa su lucha para sanarse.

Mario de Alba, durante su estancia en el hospital East University de El Paso. (Especial)

Hace un año, el sábado 3 de agosto, Mario acudió con su esposa, Oliva Rodríguez, de 44 años, y su hija, Érika, de 10 años, al centro comercial para comprar los útiles escolares por el regreso a clases.

“Fuimos de compras a Walmart, pagamos y estábamos al frente de las cajas cuando se escuchó el tiroteo. Mi esposo me dijo: -vamos a escondernos y a tirarnos al piso para que no nos vaya a pegar una bala-, pero ¿cuál es nuestra sorpresa? que el asesino nos fue a buscar ahí. Todos quedaron muertos alrededor de nosotros y solamente nosotros sobrevivimos”, contó para MILENIO, Oliva Mariscal, esposa de Mario.

La familia cuenta que nunca se imaginó que serían víctimas del ataque perpetrado por el tirador Patrick Crusius, quien motivado por el odio y racismo descargó con furia su AK-47 en contra de lo que llamó la “invasión hispana”.

Para proteger a su familia, Mario recibió esas descargas en su espalda, mientras cubría con su cuerpo debajo de una banca, a su esposa y a su hija, quienes también fueron alcanzadas por las balas. Tras recibir apoyo del gobierno estadunidense Mario se sometió a un sinfín de cirugías en el Hospital East University Medical Center de El Paso para mejorar su estado físico.

“El 24 de febrero fue dado de alta en el Hospital de El Paso Texas y le cerraron sus heridas para trasladarlo a Chihuahua, donde el Gobierno del estado intervino con apoyos para que continuara su hospitalización en un nosocomio de la entidad”, dijo Cristina de Alba, hermana de Mario. Sin embargo, este año tuvo una recaída y regresó al coma por tres días, en un hospital de Chihuahua.

A pesar de los apoyos binacionales, Mario y su familia han vivido un calvario desde entonces, ya que tiene un año sin comer alimentos sólidos y únicamente puede nutrirse a través de una sonda, lo que le ha provocado una pérdida de más de 50 kilos.

“En Chihuahua está siendo atendido por un doctor, pero se necesita que la atención sea integral y con el apoyo de más especialistas para que se cure mi hermano. Lo que ahora estamos pidiendo es que se reúna el talento médico y saquen juntos adelante a mi hermano. Hemos perdido la cuenta de cuántas cirugías le han hecho”, explicó Cristina.
Mario de Alba, optimista durante su hospitalización. (Especial)

Y es que durante estos largos 12 meses, ni Mario ni su esposa Oliva han recibido siquiera atención psicológica después del episodio de terror que vivieron.

P: ¿Cómo asimilaron el hecho?


R:
"Es que no ha terminado la pesadilla, desde el 3 de agosto, por qué mi esposo está sin comer desde ese día, le dan comida por la vena. Ha sido muy pesado, él recibió un impacto en la espalda, le hizo mucho daño, adentro de su intestino, en el bazo, en sus órganos. Hay buenos pronósticos, pero depende mucho de los doctores”, comentó Oliva, quien recibió impactos en la mano y en uno de sus senos.

A Mario le ha costado asimilar el hecho y de acuerdo con su familia él solo desea volver a tener una vida normal al lado de su esposa e hija. Previo al ataque Mario era comerciante y tenía un negocio de venta y mantenimiento de lavadoras y secadoras en la ciudad de Chihuahua.

“De tener sus manos callosas y oscuras por el trabajo que hacía, ahora tiene sus manos blancas y limpias, bromeo y le digo que ahora sus manos parecen de doctor”, dijo su hermana.

Oliva es maestra y organiza su tiempo y dinero para cuidar y sostener los gastos hospitalarios de su esposo. La familia de Mario pide todo el peso de la justicia en contra del tirador que se declaró no culpable, a pesar de que se han presentado más de 90 cargos federales en su contra.

“Queremos que el tirador reciba el castigo que merece porque nos afectó a muchas familias y vamos a recordar ese día como el más trágico de nuestra existencia. Ha sido como una pesadilla para todos, yo pienso que todas las víctimas que estuvimos ahí en el tiroteo nunca vamos a olvidar ese día. Le pido a México y al mundo que ore por mi esposo porque solamente Dios es el único que nos ha sostenido y es el que nos va a salvar”, agregó Oliva

Ericka, hija de Mario, en recuperación en el hospital. (Especial)

Preparan homenaje para las víctimas

Desde el jueves pasado comenzaron los actos conmemorativos en la ciudad de El Paso, donde se realizaron vigilias y se encendieron 23 luminarias en la Plaza Cleveland por cada una de las vidas perdidas en el atentado.

Con sana distancia, ayer se colocaron en el Parque Azcárate de la ciudad paseña, dichas luminarias de remembranza las cuales simbolizan el camino de la comunidad hacia un futuro resiliente.

Debido a que las fronteras terrestres están cerradas por la pandemia, el Consulado General de México en El Paso presentará este lunes un memorial virtual, desde donde se develará una placa para honrar a las víctimas de la tragedia.

Fernando García, director de Border Network for Human Rights aseguró que con “la agenda de la supremacía blanca, racista y xenófoba de la Casa Blanca, también hay un liderazgo y políticas gubernamentales deficientes para controlar el acceso a las armas de guerra en nuestras calles, no solo en Texas, sino en todo el país”.

Las familias de las víctimas mortales originarias de México participarán en la develación de una placa que se realizará hoy en la frontera y han pedido al gobierno mexicano que establezca mecanismos con el gobierno estadunidense para el control de armas en ese país.

“Esta es una fecha que trae gran dolor a nuestra ciudad de El Paso, pero también ira e indignación. El ataque a nuestra comunidad, inmigrantes y latinos no fue un acto violento al azar, sino un asalto brutal alimentado por el odio, el racismo y las narrativas xenófobas que han promovido el presidente y su administración durante los últimos cuatro años”, explicó García.
La campaña de Trump, dijo, “es una agenda de supremacía blanca malvada e intencional se ha convertido en el elemento básico de su presidencia, y la justificación para muchos de la violencia de las personas de color, por lo que Trump tiene mucha responsabilidad y culpa. Lo que le sucedió a nuestra comunidad es un efecto directo de su ideología destructiva, y él necesita saber que no lo olvidaremos y que lo estamos responsabilizando, no merece nuestro voto”.

El tiroteo perpetrado por el joven estadunidense Patrick Crusius el 3 de agosto de 2019 ocurrió luego de que condujera a esta ciudad fronteriza desde su casa en Allen para atacar a mexicanos a quienes confesó querer matar porque ocupan los empleos de la gente de raza blanca.

Crusius, el joven responsable de la masacre se declaró inocente en un caso llevado por el estado en el que los fiscales buscan la pena de muerte, pero no se ha declarado culpable de los numerosos delitos de odio y cargos de posesión de armamento que enfrenta ante un tribunal federal. Por la contingencia sanitaria se suspendieron las audiencias y no se ha establecido una fecha de juicio en ninguno de los casos.

La condena por los cargos federales también podría venir con una sentencia de muerte, y los abogados de Crusius dijeron en su declaración judicial que los fiscales dijeron que procederán con una decisión sobre qué sentencia buscar. Ello estaba programado para el 30 de julio, pero la pandemia por covid-19 retrasó el proceso.

Durante el tiroteo murieron Elsa Mendoza, una maestra originaria de Yepomera, Chihuahua y que radicaba en Ciudad Juárez. Aquel día, Elsa se detuvo en el Walmart donde se perpetró el tiroteo minutos antes de que el atacante abriera fuego. Su esposo y su hijo sobrevivieron gracias a que ambos esperaban a Elsa en el estacionamiento del lugar.

Familiares de las víctimas colocaron 23 cruces para honrar a los fallecidos del tiroteo. (Especial)

Además de Elsa, fallecieron Sara Esther Regalado y Adolfo Cerros Hernández un matrimonio que se encontraba en el Walmart de Cielo Vista para comprar algunos víveres. Ambos residían en Ciudad Juárez.

También residente de Ciudad Juárez, murió Ivan Filiberto Manzano, quien según testimonios de familiares acudió a Walmart antes de volver a su casa en Juárez. Iván era el padre de dos niños de 5 y 9 años.

Lo mismo que Gloria Irma Márquez y María Eugenia Legarreta Rothe, ambas residentes de Ciudad Juárez. Legarreta llegó a El Paso para recoger a su hija en el aeropuerto, pero antes hizo una parada en el Walmart de Cielo Vista para comprar algunos artículos para el hogar. También falleció Jorge Calvillo García originario de Torreón, Coahuila y Juan de Dios Velázquez Chairez, originario de Zacatecas.

​dmr

LAS MÁS VISTAS