A sus 52 años de edad Jesús Contreras se hace cargo de sus cuatro nietos, después de que fallecieran sus dos hijos a causa del incendio del ducto de Petróleos Mexicanos (Pemex), siniestro registrado el 18 de enero de 2019.
Bajo el rayo del sol Jesús pinta la capilla que construyó para sus hijos en la zona cero, ahí a cada brochazo recuerda el dolor que esa tragedia le provocó a su familia. “Duele como si hubiera sido ayer”, dice con voz quebrada.
Sus hijos, relata, llegaron sólo a morir al lugar después de que se difundiera en redes sociales que había gasolina en abundancia y gratis, lo que generó bullicio entre la gente pues en esos días había una grave escasez de combustible; las filas en las gasolineras eran interminables y muchos tuvieron que parar actividades por falta de combustible para transportarse o para trabajar.
Su hijo mayor, de 34 años, era su ayudante de albañil, y su hijo de 28 años, trabajaba en una granja. Uno de ellos murió en el sitio y su cuerpo se lo entregaron muchos días después, tras las pruebas que les realizaron a los cuerpos. El otro hijo resultó lesionado y un mes después falleció en el hospital.
Jesús tuvo que asumir desde entonces el papel de padre para sus nietos. Uno de sus hijos tenía tres hijos, el otro sólo uno. Ahora es multioficios, hace cualquier labor para mantener a sus nietos; sus dos nueras también trabajan para la manutención de los niños de 7, 8, 12 y el adolescente de 15 años de edad.
La situación económica es difícil, reconoce, pues hay empleos mal pagados y después de la tragedia los apoyos para los deudos fueron casi nulos, muchos no se concretaron y sólo los tenían dando vueltas a reuniones sin que les resolvieran los apoyos de becas para los niños o proyectos productivos para familiares a fin de generar un sustento pues muchas cabezas de familia fallecieron a raíz del siniestro.
De las acciones de gobierno tras la tragedia para recomponer el tejido social, son ineficaces, la carretera, dice, era una petición de años y poco impacto tiene. Ahora, en el olvido a cuatro años del siniestro en la zona hay desolación y el dolor en las familias de los 137 fallecidos, reconocidos, a causa del siniestro por el cual no hay ni un solo responsable tras las rejas.
Como Jesús, muchos familiares acuden a la zona cero para darle mantenimiento a sus capillas, para dejarles flores, mejorarlas o simplemente visitarlas para recordarlos en fechas especiales, como el cumpleaños de uno de los hijos de Jesús, apenas el pasado 8 de enero.
Pero la zona de capillas también es visitada por delincuentes, quienes han robado puertas, ventas y cruces de las capillas. “No respetan nada”, dice Jesús, mientras señala las marcas que dan cuenta de cómo los delincuentes arrancaron la puerta de la capilla de su hijo, esa que con tanto sacrificio construyó luego de vender el producto de una cosecha de una milpa que renta.
Apenas duró dos meses su capilla con puerta cuando los delincuentes se la llevaron, como hicieron con la capilla vecina, a la que le robaron las ventanas. La zona cero está abandonada, llena de hierba, maleza, sucia y descuidada, aun un día antes de que se cumpla el cuarto aniversario.
Los cimientos del obelisco que se pretendía construir en memoria de los fallecidos están ahí, abandonados, recordando el desinterés de los gobiernos en los deudos del siniestro; pero el huachicol también está vigente a pesar de la estrategia federal que cumple cuatro años.
Apenas esta semana en Tetepango, municipio vecino se registró un incendio de ducto. También cerca de la zona cero, y peligrosamente a un lado de una gasera en Tlaxcoapan, por enésima vez en el mismo sitio fue hallada otra toma clandestina que este lunes era vigilada por la Guardia Nacional; así el riesgo de una tragedia similar a la de 2019 está latente, puede suceder en cualquier momento y generar nuevamente un desastre en todos sentidos.
Sigue el huachicol
El 18 de enero de 2019 el incendio en un ducto de Pemex en los límites entre Tlahuelilpan y Tlaxcoapan provocó la muerte de por lo menos 137 personas, y ante ello, el gobierno reforzó las acciones contra el huachicol mediante la vigilancia de ductos con el Ejército mexicano, Seguridad Física de Pemex y un sector de la entonces Policía Federal, el cual se dedicó a recorrer los ductos, como lo sigue haciendo pero ya bajo la denominación de Guardia Nacional.
En Tlahuelilpan fuentes consultadas al interior de la policía señalaron que se ha reforzado el combate al huachicol, y como parte de estas acciones se han logrado varios aseguramientos, entre ellos uno registrado la segunda semana de enero de 2023, en los límites de dicho municipio con Tetepango, en el que fueron aseguradas dos camionetas que transportaban contenedores con huachicol; esto como acción de respaldo a la estrategia en la materia por parte de la SSPH.
De enero a noviembre de 2022, la Fiscalía General de la República (FGR), a través de la Fiscalía Especializada de Control Regional (Fecor), en su delegación de Hidalgo, inició mil 248 carpetas de investigación, por diversos ilícitos vinculados a la sustracción y posesión ilícita de hidrocarburos que se tradujeron en la devolución de más de un millón de litros del petrolífero a Petróleos Mexicanos (Pemex).
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