María lleva 20 años dando vida al barro en forma de artesanía

Historia

La mujer de 63 años es originaria de San Juan Evangelista en Tlajomulco y es la tercera generación que mantiene viva la tradición de convertir el barro en pictóricas esculturas.

Sus artesanías son reconocidas en la región y estado. (Diana Barajas)
Diana Barajas
Guadalajara /

Amasar, moldear, pintar y bruñir barro ha sido un estilo de vida para María los últimos 20 años, es originaria de la comunidad de San Juan Evangelista que pertenece al municipio de Tlajomulco, la mujer de 63 años es la tercera generación que mantiene viva la tradición de convertir el barro en pictóricas esculturas.

“Es mi gusto, yo creo que es como herencia pues que trae uno y a mí me agrada estar aquí. Se me va el tiempo y no lo siento. Hay veces que tengo algún trabajo y me dan hasta las 12 de la noche aquí trabajando. Pero para mí es un gusto hacer este trabajo”, dijo.

María narra que aprendió el oficio de su padre, Don Sixto Ibarra, quien sentía pasión del barro desde niño, pero se metió de lleno a la fabricación de artesanía tras encontrar en el cerro un conjunto de piezas que lo inspiraron.

“También se dedicó a buscar camote de cerro y una vez andando él allá se encontró por casualidad cavando para sacar eso, una tumba de nuestros antepasados. Él miró la persona y alrededor sus figuritas y quedó maravillado”, contó.

Orgullosa de su origen, María utiliza el barro del cerro de San Juan Evangelista, el cual bautizó la familia como “barro canelito”, por su color naranjoso y textura fina.

Con sus manos y creatividad hace figuras de todo tipo, desde vasijas y animales hasta la Virgen de Guadalupe, pero sus favoritas son las piezas prehispánicas.

Sus artesanías son reconocidas en la región y estado, pero su mayor clientela son las personas provenientes de otros países.

“Pues de todo hay, de todo tenemos, pero más que nada los extranjeros son los que también nos hacen nuestras buenas compras”, aseguró.

La mujer artesana está convencida de que sus manos no pueden vivir sin el barro y mientras pueda hacerlo, moldeará para subsistir, mantener la tradición y recordar a su padre, para esto último, María hace la vasija con forma humana que tanto le gustaba a su progenitor.

MC

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