Productos de higiene ecológicos para mujeres, alternativa saludable y económica

Estefany los usa desde hace cinco años y ya ha olvidado el costo de los comerciales, repletos de químicos y agentes responsables del mal olor durante los días en que las mujeres menstrúan.

Toallas sanitarias ecológicas. (Alejandro Evaristo)
Alejandro Evaristo
Mineral de la Reforma /

El uso de productos de higiene para mujeres representa un gasto mensual promedio de 100 pesos, cantidad que puede aumentar dependiendo de diversas circunstancias y características. Una alternativa para enfrentar este gasto la representa el uso de productos naturales y, en particular, de toallas femeninas hechas de tela.

Estefany Dondé Torres es productora y vendedora de estos artículos, además de usuaria, y dice que no hay mayor problema con respecto a su uso, contrario a lo que sucede con las comunes: “con la toalla femenina desechable estamos acostumbradas a que te la tienes que quitar cada cuatro horas porque empieza a oler feo y ya usando la toalla de tela te das cuenta de que en realidad lo que huele feo son todos los químicos que usan para hacerlas, tiene cloro, le ponen plástico que no deja respirar la piel y eso es lo que provoca el mal olor”.

Productos de higiene femenina ecológicos, para cuidar la economía. (Aldo Evaristo)

¿Cuánto gasta una chica normalmente en productos de higiene íntima? Estefany se carcajea porque no lo recuerda, ella usa esos productos y le resultan bastante funcionales, por lo que ha omitido el gasto y generado ahorro.

“Por ejemplo alguien con flujo abundante puedo decir que usa un paquetito de toallas normales y uno de nocturnas cada mes, algo así como 70 pesos calculo, lo siento hace mucho que no las compro. Las que yo vendo, la más cara cuesta 140 pesos pero te dura casi cinco años, entonces sí es significativo el ahorro”.

La variedad

Además de ese artículo, que es su producto estrella, también ofrece toallitas desmaquillantes y cubrebocas, todos elaborados con tela.

“Empecé vendiendo pañales de tela hace cinco años y la misma marca vendía toallas femeninas. Yo ya usaba la copa menstrual pero nunca me había animado por la toalla, entonces por esa marca empecé a usar la toalla y me fui metiendo un poquito más y me puse a investigar materiales, formas de hacerlo, porque la verdad es que de esa marca si eran un poco elevados los precios. El punto era disminuir costos y ofrecer algo más a la clientela”.

Asegura que es saludable usar ese tipo de productos porque además de los químicos y el plástico, “a algunas les ponen manzanilla y huele horrible y con estas ni te das cuenta, la verdad es que andas bien cómoda”.

Sin dudar recomienda su uso, pero señala que las mujeres que están o que quieren empezar a usar estos productos, deben probar de inicio con un pantiprotector para que se vayan adaptando y acostumbrando a la sensación.

“Esta tela tiene efecto siempre seco, pasan líquidos y evitan que regrese, como las telas deportivas, cuando sudan hace el efecto de absorción y además tiene una tela especial impermeable, no es plástico, entonces deja respirar la piel sin que pasen líquidos. Ese es el principal componente de la toalla femenina, para que lo puedas usar todo el día y no haya manchas ni fugas ni nada”.

Historia de emprendimiento 

¿Cómo se le ocurrió hacer de esto un emprendimiento? Comenta que todo empezó hace cinco años, cuando su cuñada se embarazó y para ayudarle con los gastos se decidió a hacer pañales de tela. Nació “Mi baúl verde” y así se les puede encontrar en diferentes redes sociales. Luego, conforme avanzó el tiempo, las cosas mejoraban, hasta que llegó la pandemia. Al igual que la mayoría padeció y bajaron las ventas aunque parece haber ya una lenta recuperación.

También produce toallitas desmaquillantes que, a diferencia de las comerciales hechas con algodón desechable, son lavables y en diferentes precios, pero con un tiempo de vida útil similar al de las toallas femeninas.

Aunque no los maneja tanto, también hace protectores de lactancia, con absorbente e impermeable.

Recomendación

Estefany recomienda a las y los jóvenes emprendedores que lo hagan con algo que les guste, que se metan a investigar para que estén en posibilidad de responder a las preguntas de la clientela: “yo me pongo en otros bazares y he visto que hay muchísimos emprendedores jóvenes y la mayoría vende cosas que les gustan, que ellos hacen o que consiguen; por ejemplo, chavitas que les gusta la ropa venden ropa y se les nota que les gusta. Les recomiendo que hagan de su pasión su forma de vida”.

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