Juan Roberto González Pulido es comandante general de la delegación de la Cruz Roja Mexicana en Jalisco. Tiene 90 años de edad, 69 los dedicó a servir como voluntario de esta institución. Fue en 1950 cuando, luego de que su madre lo enseñara a trabajar para los necesitados, comenzó a prestar sus servicios.
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El comandante, como lo conocen sus compañeros, recuerda el avionazo del Cerro de las Natillas en el que murieron tripulantes y pasajeros: 25 personas en total.
Él, junto con sus compañeros, tuvieron que adentrarse en el cerro por varios días para dar con los cuerpos, también les tocó cuidar de los ladrones aprovechados. La madre de Juan Roberto era la costurera de la familia del doctor Juan I. Menchaca.
La mujer aprovechó la cercanía y le preguntó si no sabía de algún trabajo para su hijo Juan Roberto, en aquel entonces era un joven que rondaba los 20 años. Así fue como se hizo voluntario y como consiguió un empleo.
Pronto, Eduardo Aviña Batiz, amigo de I. Menchaca, le ofreció trabajo como agente de seguridad en el hotel Holiday Inn de Plaza del Sol, donde trabajó durante 45 años, alternando su voluntariado en la Cruz Roja.
“Siempre me dejaba salir mi jefe cuando había un servicio importante. Mis compañeros se enojaban porque me daba permiso de salir, el tiempo que hiciera falta, pero él siempre me apoyó y así pude ser voluntario y cobrar por mi trabajo en el hotel”.
Juan Roberto tuvo cuatro hijos, la tercera de ellos, María Guadalupe Patricia González González, lo acompañaba desde que tenía 8 años: “Todos los años, cada final de enero, me la llevaba a San Juan de los Lagos, para que atendiéramos a la gente que necesitara ayuda en las peregrinaciones. Nos quedábamos ahí a dormir en casas de campaña para ver qué se ofrecía”.
MC