A un año de la tormenta 'Alberto', La Huasteca sigue destruida en cuanto a sus instalaciones, pero la belleza de sus montañas y parajes no se ha perdido.
El acceso no es tan fácil. Doce meses después, las autoridades federales y estatales no han anunciado si tienen contemplado reiniciar el proyecto turístico que se tenía para el lugar, con miras al Mundial 2026, y ni siquiera han dicho si alguna vez reconstruirán la carretera.
Todo eso no le importa mucho a la gente que aún entre semana visita La Huasteca.
“Está muy bonito con esta agua, ¿ya no lo van a arreglar?”, pregunta Santos Hernández, quien vino desde Matehuala.
Apenas se cruza la puerta, el mundo cambia. Quienes recuerdan el parque antes de la tormenta 'Alberto', no encuentran punto de comparación, pues la destrucción fue total.
Cien metros adelante, la carretera desaparece y queda solo terracería. Así se alternan a lo largo de los 17 kilómetros hasta la presa Rompepicos.
“No lo había visto cómo quedó, pero está mejor, hasta una alberca natural encontramos. Tenía como dos años que no venía y ya me di cuenta que el agua se llevó todo el camino”, relata Mauricio Álvarez.
El 19 de junio del 2024, la lluvia que trajo 'Alberto' fue tanta que llenó el río, destruyó la mayor parte de la carretera, modificó el cauce del río, alcanzó algunas propiedades y cambió todo el panorama, menos las montañas.
Los habitantes de las comunidades quedaron incomunicados y los caminos destrozados. Ante la negativa de las autoridades a reconstruir, los mismos comuneros se organizaron para improvisar sendas.
“(Se ve) bastante cambiado -expresó Xiména Álvarez-, yo sí venía seguido, pero hace mucho que no veía tanta agua, pero sí hubo cachos (donde el agua) que se llevó todo, pero qué bueno es volver a ver agua en La Huasteca”.
Fuera de eso, poco ha cambiado en un año. A la altura del kilómetro 6, dos vehículos siguen semisepultados, ahí se quedaron, atrapados por el agua y luego el lodo, después de 'Alberto'. También hubo muchos autos arrastrados por la corriente, pero esos ya se los llevaron en partes. Poco antes de ese punto, una construcción flota.
Los visitantes no cesan. El fenómeno no destruyó la belleza del lugar.