Los tradicionales 'Milagritos', ofrendas con forma de brazos y piernas

El párroco de Nuestra Señora de Guadalupe en Torréon, René Pérez dijo que no son amuletos, es un signo religioso.

'Milagritos' en Nuestra Señora de Guadalupe en Torréon. | Rolando Riestra
Lili Figueroa
Torreón, Coahuila /

Todo lo que tenga que ver con México es fascinante, en especial lo relacionado a su arte y la mayoría de las cosas que encontramos en la artesanía mexicana combina a la perfección con lo religioso, como es el caso de los famosos y tradicionales milagritos, esas pequeñas figuras que se utilizan como ofrendas para pedir un milagro o para agradecer por algo, ya sea a Dios, a la Virgen o a cualquier otro santo.

En la antigüedad, se tenía la creencia de que cuando un milagro ocurría, se debía acudir a las iglesias y agradecer con una medalla de bronce, tal como lo hizo Hernán Cortés, quien tenía su milagrito en agradecimiento por haber sobrevivido a la picadura de un escorpión.

Siglos atrás, esta práctica fue introducida a Latinoamérica por los españoles, pero en cada país se fue adecuando a sus culturas. Normalmente, los milagritos eran confeccionados por las propias personas y así mostraban su devoción por el santo. La gente más adinerada podía mandar a hacerlos utilizando oro.

Es decir, si alguien padecía de una pierna o un brazo, ofrecían el milagrito con la figura de esa parte de su cuerpo que fue sanado, o si tenía problema en un ojo, se colgaría un ojito para pedir que se aliviara.

En entrevista para MILENIO, el padre René Pérez Díaz, misionero claretiano y párroco de Nuestra Señora de Guadalupe en Torréon, habló acerca de estos milagritos.

"Estos milagritos en figuras, finalmente son como parte del sentimiento religioso, es un signo, es una expresión devocional, es lo que en el corazón lleva el ser humano, y a través de pequeñas imágenes que reflejan una pierna, unos ojos, un brazo, se pide o se agradece, normalmente es agradecimiento, se pide un milagro y finalmente cuando siente que Dios los ha bendecido con ese milagro, ese beneficio en su vida, vienen y presentan la figurita".

Sin duda alguna, esta práctica es una devoción y tradición religiosa de muchos años atrás:

"Yo diría que incluso de algún siglo anterior, ciertamente este templo tiene un pequeño cuadro, hay otros lugares también de mucha expresión religiosa, van cambiando las formas de expresión, creo que se ha venido un tanto en desuso, lo recuerdo hace algunas décadas en algunos lugares pero sigue habiendo, no solamente los milagritos, sino hay personas que dan algo de su persona, como es un pedazo de trenza, algo que pueda ser presentado como más personal, es parte de la religiosidad popular, se pide algo y se ofrece algo, agradeciendo y esperando también el beneficio de parte de Dios".

Estas figuras pequeñas que muestran la parte del cuerpo que fueron sanadas o beneficiadas, es un sigo de agradecimiento.

"En el caso del cabello, simplemente es agradecer quitando algo de ellos, como un signo ascesis o que pueda servir para algún hospital para las personas con enfermedad de cáncer, hoy justo trajeron una bolsita junto con medicinas para Caritas para niños con cáncer".

La devoción mexicana de depositar los milagritos en los relicarios aún continúa, no en todos los feligreses y no en todas las iglesias, pero ahí sigue esa llamita por esta tradición de fe.

"No se ha perdido, pero es algo que va disminuyendo su uso, me parece que está más presente en lugares que tienen mayor afluencia de devotos por el tema devocional, hoy hay expresiones modernas de fe, que en algún caso como que es una fe más elaborada y ya no requiere tato signo, los signos eran siempre importantes, pero hay algunos que lo viven de una manera más espiritual, más directa".

Relató el sacerdote que las figuritas que más abundan en los retablos son piernas, brazos y ojos, las cuales son fabricadas por tiendas distribuidoras de artículos religiosos, "aquí en la parroquia tenemos poquitas, y también se adquieren en las tiendas religiosas, vamos estando al alcance".

"El signo es siempre un elemento externo, es más importante lo que está significando, no dejemos en el signo un poder mágico porque no lo tiene, no debe ser un amuleto que es un poco el peligro que pueda darse, con tanto signo nos perdemos en lo que debe ser el objetivo, lo que significa es agradecimiento a Dios, expresión de necesidad con Dios para que él realice en nosotros un milagro o un beneficio, no se puede decir que todos son milagros, les llamamos milagritos justamente por el sentimiento, milagro es una intervención muy poderosa en la vida de la persona, pero se pude decir, son pequeños milagros, Dios bendice, cuidando y acompañando, a aquel creyente que tiene suficiente fe", finalizó el padre René.

arg


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