David Arévalo, de estar en el Ejército a vender dulces en Torreón: "con suerte me llevo 100 pesos"

El comerciante ambulante, contó que sino fuera por la pensión del gobierno con la que paga la renta de su casa, estaría en situación de calle.

'Dulces Don David' en Torreón, Coahuila. | Antonio Ramírez
Antonio Ramírez
Torreón, Coahuila /

Los comerciantes con puestos ambulantes se vuelven parte de la rutina diaria de los ciudadanos, siendo parte esencial de su día a día, ya sea aportando un dulce, un chicle, agua refrescante, churros, o demás productos, no obstante la historia detrás de estos suele ser un misterio muy interesante de desvelar.

David Arévalo, de 80 años, es uno de estos trabajadores que desde muy temprana hora se dirige en transporte público desde Gómez Palacio hasta Torreón, específicamente entre la calzada Colón y la calle Matamoros, dónde pone su puestito, 'Dulces Don David'.

Originario de Patzcuaro, Michoacan, explicó en 1960 emprendió un viaje hasta Torreón, entonces tenía 18 años, "me fui de mis tierras buscando una mejor suerte".

Su pasó por el Ejército mexicano

El comerciante explicó que antes de dedicarse a ser comerciante ambulante se enlistó en el Ejército mexicano, y estuvo en servicio durante 7 años y medio, perteneciendo al 35 batallón de infantería.

El vendedor ambulante aclaró que su posición era en la banda de guerra, "yo marchaba y tocaba el tambor, así empecé, luego ya fui bandero". Además, David contó que el fue muy conocido en Gómez Palacio, Durango, ya que adiestró en la escoleta a varias escuelas en aquel entonces. 

"Yo tuve una trayectoria en el Ejército más o menos bonita, nada más que los problemas familiares fueron los que me sacaron de la milicia, y cuando me di de alta fue que me volví comerciante, es que no sabía hacer nada, y uno se preguntaba, ¿qué hago?", relató David Arévalo.

Vendedor de helados y fruta

Tras su servicio en el Ejército mexicano, David explicó que busco invertir un carrito de paletas de hielo, siendo este su primer emprendimiento.

Posteriormente, se pasó a la venta de fruta, vendiéndola en vasitos por rebanadas, "es que antes no había cocteles, era pura fruta rebanada y vendía uno la rueda de jícama, de piña, en un papel, con chile en polvo, en aquellos años las daba a 2 pesos".

Venta actual

Vende dulces de toda índole, desde tradicionales, como dulces de guayaba, hasta de los comunes que podemos encontrar en fiestas, tipo paletas enchiladas, dulces de tamarindo, gomitas de mango, cacahuates japoneses, y demás.

"No vendo mucho, pero trato de sacar el chivito, créame que vendo 40, 50 o 60 pesos diarios, a veces con suerte me llevo 100 porque la gente me regala centavos y me deja la feria. Es gracias a la pensión que me da el gobierno que pago la renta del cuarto, si no anduviera en situación de calle", expuso David Arévalo.

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