Trabajadores de la alcaldía de Atitalaquia expresaron su malestar por la venta “obligatoria” de boletos para que el sistema municipal para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) apoye tres causas sociales.
Los empleados municipales señalaron que aunque son buenas las tres causas sociales que se pretenden apoyar con la rifa de un automóvil marca Nissan, submarca March Sense, modelo 2023, valuado en 259 mil pesos, es un exceso que el gobierno municipal pretenda obligarlos a pagar los boletos no vendidos.
Explicaron que a cada empleado le asignaron 13 boletos, con valor de 200 pesos cada uno, y cuyo monto, 2 mil 600 pesos por empleado, deben entregar el próximo lunes 18 de diciembre en el área de DIF.
Los empleados recriminaron que les vayan a obligar a pagar los boletos no vendidos, pues es un monto alto y al hacerlos asumir esa cantidad se verán afectadas sus familias, ya que merma los ingresos que ellos como trabajadores tienen contemplados para sus propios gastos de fin de año.
Señalaron que ya se registró una situación similar en este gobierno municipal, pues en esa ocasión se les pidió vender boletos para costear el evento denominado Vive sin drogas, realizado por una escuela particular en el auditorio petrolero de la colonia 18 de marzo.
En ese entonces a cada empleado se le entregaron 30 boletos, con un costo de 75 pesos cada uno, es decir, cada empleado tendría que entregar a la alcaldía 2 mil 250 pesos, por lo que en esa ocasión se contactaron de manera telefónica con los encargados de la fundación para consultar si su presentación para la escuela tenía algún costo, a fin de entender porque el gobierno local les hacía vender boletos para costear el evento.
Pero el representante de la fundación les indicó a los empleados que ellos no cobran un solo peso por la presentación, y son las escuelas o instancias que requieren su asistencia, las que se encargan de cubrir los gastos de equipo y mobiliario, por lo que estas últimas son las que fijan los costos de entrada de acuerdo a sus previsiones recaudatorias.
Luego de esa llamada el representante de la fundación les indicó que revisaría con la institución convocante el tema, y después de ello a los empleados ya no se les solicitó que hicieran la entrega del pago de los boletos a la alcaldía.
Por ello manifestaron su inconformidad con este tipo de estrategias recaudatorias de la alcaldía para causas sociales, pues insistieron que aunque las tres causas que se pretenden apoyar en esta última ocasión son buenas, existen instancias de salud o de asistencia social en las que se pueden gestionar directamente los apoyos que se necesitan, sin la venta “obligatoria” de boletos.
Acusaron que existe intimidación ante este tipo de situaciones, por lo que temen represalias ante este caso o que se les aplique de algún modo les apliquen algún descuento para el pago de los boletos no vendidos, lo que se suma a la petición mensual de productos de despensa o las constantes cuotas para eventos, situación que merma sus ingresos.