A casi seis meses de la tragedia de Tlahuelilpan que cobró la vida de al menos 154 personas, según cifras oficiales, se debe replantear el escenario social en el que se busca un rescate para la comunidad en la zona afectada, señala el analista político Sarkis Mikel Jeitani, fundador del Colegio Libre de Hidalgo A.C.
Tras acudir por un mes después de los hechos en la comunidad de San Primitivo el pasado 18 de enero, el también periodista y un grupo de investigadores recopilaron entrevistas y testimonios, que dieron origen a “Tragedia de Tlahuelilpan”, un libro de 240 páginas que será presentado este miércoles 26 de junio a las 18:00 horas en iglesia de San Francisco de Asís en la misma demarcación.
Al respecto, Sarkis Mikel Jeitani afirma que tras haberse brindado el apoyo moral y social en un inicio a la población de Tlahuelilpan, se ha dejado de lado el dolor y duelo de las familias, quienes siguen sin poder reponerse del duro golpe de haber perdido a sus familiares.
“No es revivir la flama, la flama aún sigue bajo el humo negro de los gobiernos que no ven, que han dado poca atención y no han mirado la realidad de la gente que sufre en Tlahuelilpan.
“La gente tiene miedo, se siente amenazada y no quiere saber nada de esto, el libro se terminó al mes de la tragedia, fuimos recopilando datos e investigación con el Colegio Libre de Hidalgo, hemos trabajado en entrevistas, en un análisis de la percepción ciudadana, si hubo cambio, cómo vivían antes de la tragedia y ahora; eso nos hizo trabajarlo y no sacamos el libro por el dolor profundo de la gente, nos esperamos a este momento”, explicó.
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El autor señala que una vez que se conoce de primera mano la realidad de la población en Tlahuelilpan se da uno cuenta de que no son los que tanto se ha señalado.
“El origen de lo que los llevó a tomar una mala decisión, la mala estrategia, la escasez de la gasolina, la curiosidad, el pueblo de Tlahuelilpan no es ratero, tiene identidad por su tierra, tienen dignidad y valores como pocos pueblos en Hidalgo”.
Mencionó que la noticia manchó la imagen de las familias y sus seres queridos, situación que dejan ver en las páginas en donde platican con personas afectadas, con representantes de la Iglesia, del gobierno federal y del gobierno local.
“Mancharon la dignidad de las familias, que son huachicoleros, que son rateros, que no tenían que ir allá, qué estaban haciendo, hicieron ver al mundo que es un pueblo que vive del robo de la gasolina y la verdad no, es un pueblo que trabaja y que lucha por la tierra y que han dejado su arraigo y se fueron a otro lado”.
En la edición se muestran gráficas de la encuesta aplicada a la población afectada en donde pese a los hechos siguen con la esperanza de recibir apoyo federal y descalifican el actuar del gobierno municipal.