En pleno siglo 21, en esta penumbra vivían hasta hace unos días habitantes de cinco comunidades de Tlahuiltepa, en la sierra alta del estado de Hidalgo.
Se trata de una de las zonas más marginadas y de difícil acceso de la entidad, tanto que la noche solo era iluminada por la luna o pedazos de ocote encendidos, narró María de los Ángeles Camero, habitante de Cieneguillas.
“Ya que agarra bien, ya lo anda uno moviendo para allá, para acá, ahí nos íbamos alumbrando. Lo que sí es que respirábamos mucho humo, que ahora los pulmones están ya medio enfermos, que tienen humo, pero es por lo mismo de que con este ocote sale mucho humo”.
Pero a inicios de marzo esta situación cambió, la luz se hizo, por fin dejaron de vivir en la oscuridad y ello fue gracias a la instalación de paneles solares.
Para Emiliano Camero, vecino de Cieneguillas, la llegada de la energía solar representa un cambio completo a la rutina que tenían.
“Es una vida nueva vamos a decir, porque para nosotros tantos años sin luz, nomás la del día teníamos, ahora de noche, tenemos lucecita, ya más no le pedimos a Dios”.
Para llegar a estas comunidades hay que internarse por sinuosos caminos de terracería, subir y bajar pendientes y estar alerta, pues hay casas a pie de barrancos.
En la comunidad de La Laguna, Marciano Cortés, recordó que antes de que llegaran los paneles se usaban mecheros para alumbrar el la oscuridad.
“Usábamos unos aparatitos con mecha y con petróleo, con ese nos ayudábamos por la noche por la oscuridad. Hacía mucha falta porque ahora sí que ni lo habíamos soñado que llegara esto”.
La Laguna, Cieneguillas, Moxthe, El Palmar y Media Luna fueron las comunidades beneficiadas por TC Energía, Iluméxico y la organización concentrarte que instalaron 27 sistemas fotovoltaicos, 23 en viviendas, dos en espacios comunitarios y otros dos en clínicas comunitarias.
En total fueron beneficiadas 89 personas, como María de los Ángeles a quien sus hijos le regalaron una lavadora y una licuadora, que nunca había podido tener pues antes de que llegara esta oportunidad de energía le habría sido imposible usar.
“Ya lavé como unas tres veces, lavé cobijas, ropa, su ropa de mi mamá y mi papá, porque antes mi mamá lavaba su ropa de mi papá porque decía que no sabía yo lavar bien, y ahora le digo échame su ropa, voy a echarla a la lavadora.”
Los beneficiarios pagan una cuota mensual de 80 pesos, para dar mantenimiento a los paneles solares, pero están felices de por fin tener electricidad.
“Más que nada es una buena ayuda para nosotros para todo porque ansina ya no nos tropezamos en el patio, en la cocina, incluso una vez quise agarrar un palo era una víbora, porque pues no se divisaba”, reconoció Luisa Nava, originaria de Cieneguillas.
En la entrada a la comunidad del Moxthe conmemoraron la llegada de la energía solar con un mural. “La luz para nosotros es una bendición porque nos alumbra todo, para todo, se acabó la oscuridad”, señaló Doña Luisa.