Ulises Calva Bravo se convirtió en el primer paciente en recibir un trasplante bipulmonar en Jalisco, gracias a un donante joven y sano. A sus 22 años ahora está en proceso de recuperación, sueña con retomar sus estudios en diseño de videojuegos y desea llevar una vida normal con cuidados adecuados.
En exclusiva para Milenio Jalisco, su padre, Jorge Luis, comparte que Ulises “es un corazón con patas, como dicen, es muy noble, es muy agradecido, cuando empezamos con todo esto, lo que más lo movía para estar bien es que quería estudiar; desgraciadamente, después, eso lo cambió, por la palabra ‘quiero vivir’. Sé que lo que él más desea es estudiar. Él quiere, aunque a veces a los papás no nos transmite sus miedos, tener una familia, tener una pareja, tener hijos, sueña con eso, él lo veía truncado, él lo veía que no era posible”.
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A su mayoría de edad empezó a tener problemas respiratorios
A los 19 años Ulises empezó a tener problemas respiratorios graves. Varios diagnósticos fueron erróneos, hasta que finalmente acertaron: neumonitis por hipersensibilidad, una enfermedad rara que afectó su capacidad pulmonar. “Un día se levantó, se puso a hacer una actividad normal, como la que siempre hacía y se fatigó, se cansó; pensamos que pudiera ser gripe o cualquier cosa; estábamos en época de covid, se llevó a una de las farmacias a que lo recetaran, no le tomaron la saturación, pensaban que una gripe y se acabó”, recuerda su papá.
Después de un largo proceso de tratamientos y hospitalizaciones sin mejora, consultaron al doctor Jonathan Álvarez Pinto, que decidió hacer una biopsia abierta, así determinó que Ulises necesitaba un trasplante de pulmón.
Jorge Luis recuerda la angustia y el miedo que sintió al saber que su hijo padecía una enfermedad rara siendo tan joven, que normalmente se presenta en personas mayores y mujeres, “los médicos hasta decían ‘oye, qué enfermedad tan bonita o tan padre, sí para ellos, como era una enfermedad rara, pero a nosotros, como papás, pues nos preocupaba y nos angustiaba”.
Se le presentó una oportunidad a inicios de 2024
A inicios de este año, se presentó la oportunidad de que fuera trasplantado en Monterrey, donde presuntamente era la única ciudad en la que podía hacerse. El tiempo pasaba, y Ulises perdía cada vez más capacidad pulmonar, por lo que decidieron inscribirlo al Centro Nacional de Trasplantes.
Después, un amigo de la familia comentó que se había abierto el protocolo para hacer el procedimiento en un hospital privado en Guadalajara. El médico Luis Natera Ramírez les comunicó que había la posibilidad de que su hijo fuera el primero en someterse a la cirugía. “Ya ellos tenían cuatro años intentando realizar esta operación y juntaron al equipo médico; habían tenido ya pacientes que, desgraciadamente, por sus condiciones físicas, enfermedades, edad y muchas cosas, no pudieron llegar al trasplante; unos porque empeoraron dentro de su enfermedad, otros porque no alcanzaron, no alcanzó a llegar el donador”, explicó.
Reconoce que en México hay mucha gente esperando un órgano y la lista de pacientes es larga; pero en el momento en que su hijo ingresó al protocolo solamente había tres personas en el país que requería un pulmón, y sintieron como un milagro que Ulises haya sido el candidato del donante. “Todo esto ha sido gracias a Dios, este ha sido una hilera de milagros; tuvimos un donador, un donador joven, sano, sin fumar, sin tomar, o sea, una persona sana, el milagro fue que en un mes tuvimos la oportunidad de tener al donador, eso nos ayudó a que mi hijo no se deteriorara físicamente y que pudiera tener mejores condiciones físicas para hacer la operación”, dijo su papá.
¿Quién fue el donante de pulmón?
Sobre el donante, solo saben que era un joven de 18 años, de Colima, donde tuvo un accidente. Sus seres queridos decidieron darles la oportunidad a otras personas de continuar viviendo.
“Con eso nosotros nos queremos quedar, con el agradecimiento eterno para él y para la familia, porque no nomás le dio vida a mi hijo, sino también le dio vida a otras personas porque fue multiorgánico”, expresó.
Ahora Ulises debe aprender a respirar, a meter el oxígeno y tomar medicamento de por vida.
Sus padres esperan que pueda tener una vida lo más normal posible, y la esperanza crece día a día, con la mejora en su estado de salud. “Hay miles de cosas que va a aprender, el día de hoy (ayer) dio sus primeros pasos sin que nadie lo detuviera, y yo con mis brazos como si estuviera recibiendo a mi hijo, bebé, chiquito, en sus primeros pasos”, manifestó emocionado.
El tiempo de vida de unos pulmones trasplantados es entre diez y once años, pero tiene fe de que la ciencia avance para entonces y haya medicinas que eviten el rechazo del órgano. Hoy, Ulises y su familia tienen un nuevo respiro.
JMH