El último tren a Magozal y la nostalgia de una época

Lo que en su momento fue un detonante para la economía regional, el trayecto del ferrocarril se canceló de manera sorpresiva, alejando el hermanamiento entre Tamaulipas y Veracruz.

El tren de Magozal
Antonio Campos
Tamaulipas /

Una mañana de 1996, el conductor de la locomotora 5834 G-12 preparaba los vagones de carga y pasajeros para iniciar su camino de 73 kilómetros sin imaginar que era el último viaje del tren a Magozal. 

Parecía un trayecto normal por las 18 estaciones que tenía que recorrer para llegar a su destino, un pintoresco pueblo quesero ubicado en el municipio de Chontla, Veracruz. 

Después de ese inolvidable día, los lugareños jamás volvieron a escuchar el silbato de la locomotora y el bullicio de la gente que subía y bajaba. Pero el recuerdo perdura en su memoria como la mejor época de ese rinconcito norveracruzano. Detonante de la economía de ese emblemática región, el tren a Magozal fue cancelado sin previo aviso y de manera definitiva, cerrándose con ello un capítulo de la historia ferroviaria del país y un símbolo de hermanamiento entre Tamaulipas y Veracruz

Entre magia e historias

Este tren mixto era muy utilizado por las familias que llegaban desde muy temprana hora a la estación del ferrocarril ubicada a un costado de la entonces ex Aduana de Tampico. Los usuarios hacían fila para comprar uno de los 120 lugares que tenían como cupo los dos carros de pasajeros que salían cada mañana hacia las 18 estaciones a lo largo de las vías. 

La magia empezaba para los pequeñines inmediatamente después de que sus padres compraban los boletos; en cuanto eran perforados en la puerta del andén corrían a apartar un asiento para sus madres. 

La caballerosidad de la época no permitía que una mujer viajara de pie, pero para los niños era todo un reto encontrar el sitio adecuado para ir contemplando al paso de la bestia de metal las bellezas naturales que se podían admirar en todas las localidades. 

Ya en punto de las 07:30 horas el maquinista gritaba “¡vámonos!” con lo que iniciaba la inolvidable travesía por la vía a San Luis Potosí, que al llegar a los ramales del tramo ferroviario giraba hacia la izquierda. La unidad cruzaba entonces el puente de metal que se encuentra a pocos metros del poblado Tamós y continuaba su trayecto por los 73 kilómetros lineales de vías, llegando a Empalme, Pedernales, Carbono, Quebrache, Topila, La Puente, Mascareñas, Ozuluama y finalmente Magozal.

Arranca en tiempos de don Porfirio

En tiempos de Porfirio Díaz, este tren de carga y pasajeros inició su recorrido en julio de 1912 después que se diera la primera concesión a un particular. Los planes eran que llegara hasta México, pero no se concretó. 

La activación de este medio de transporte brindó un boom económico del que se beneficiaron todos los sectores de la población, comenta Ramón Ontiveros, miembro del Sindicato de Trabajadores Ferrocarrileros de la República Mexicana en Ciudad Madero

Muchas familias de la zona fincaron su economía en la venta de tacos, refrescos, aguas frescas, queso, crema, frutas y verduras a precios accesibles. Con el último recorrido, murió también todo este comercio. La desaparición del viaje llenó de tristeza y desaliento a muchos pobladores porque se quedaron sin su fuente de ingresos y con la incertidumbre de cómo llevar el pan a sus hogares.

De la expropiación a la privatización

La Revolución Mexicana dejó destruida la red ferroviaria. Así que en 1908 se creó la empresa Ferrocarriles Nacionales de México que fusionó capitales en su mayoría con extranjeros.

La formaban Ferrocarril Internacional, Interoceánico, Panamericano y el de Veracruz, con poco más del 50% de capital en poder del gobierno federal. 

Pero la modernidad traería su costo y al paso de tiempo era complicado competir con tarifas bajas contra autobuses y aeroplanos, lo que puso al medio de transporte al borde de la quiebra. El 23 de junio de 1937, el entonces Presidente de México, Lázaro Cárdenas, decretó la nacionalización de los Ferrocarriles Nacionales de México y casi un año más tarde, en 1938, se entregó la empresa a los trabajadores para que la administraran.

Transcurrieron varias décadas y en el gobierno del presidente Ernesto Zedillo (1994-2000), por un aparente deterioro del servicio se establece la privatización.

Las empresas ganadoras de las concesiones no vieron rentable el continuar operando el tren mixto a Magozal, ya que logísticamente hablando eran más pérdidas que ganancias, por lo que prefirieron concretarse en transportar grandes toneladas de carga de los puertos de Tampico y Altamira hacia el centro del país.

Y de esta forma cerró su ciclo el famoso ferrocarril que era parte de la vida de niños y adultos que disfrutaban la maravilla de viajar en sus vagones. Muchas historias se escribieron en esos recorridos. Episodios de amor, amistad, trabajo y muchos otros tópicos quedaron sellados en un camino de seis horas.

Ferrocarrileros tocan puertas

En el pasado mes de agosto, ferrocarrileros activos y jubilados pidieron al Presidente Andrés Manuel López Obrador su apoyo para volver a echar a andar esta legendaria corrida, así como la Tampico-San Luis Potosí. 

El secretario de Previsión Social del gremio, Rodolfo Torres Sánchez, afirma que el mandatario mostró interés en el tema, lo que generó en ellos una gran expectativa. 

Los ferrocarrileros también han buscado por su cuenta que los inversionistas consideren introducir el tren mixto que brinde servicio a toda la región. 

La nostalgia invade a la familia ferrocarrilera.

El también representante de los jubilados comenta que el transporte a Magozal dejaba diariamente mucho dinero por el flete de quesos, animales vivos, huevo, chorizo, entre muchos otros productos, aunado al traslado de personas.

Era lo que daba vida a todas las rancherías que hoy están convertidas en pueblos fantasma y que sin duda recibirán oxígeno puro de reactivarse la corrida. Por lo pronto se avanza en las gestiones para el tren turístico a San Luis Potosí, que estaría beneficiando a los diversos sectores de la zona. 

“Es muy posible que para el mes de diciembre o antes se estarían haciendo las pruebas preliminares para que este proyecto se haga realidad”, expresó. 

Ir de nuevo a Magozal es un anhelo del maquinista Mario Alberto Estrada Morales, quien ingresó a Ferrocarriles en 1983, cuando los trenes que corrían a San Luis Potosí, Monterrey y Magozal eran del gobierno.

Dice que trabajar en el tren mixto le dejó grandes experiencias ya que fue testigo del esfuerzo y de la lucha de muchas familias por salir adelante en ese tiempo.

Iniciativa privada también quiere revivirlo

Después de 23 años, la añoranza y el recuerdo del legendario ferrocarril llevó a la iniciativa privada a poner sobre la mesa el proyecto de retomarlo. 

El 8 de abril de 2019, la presidenta de la Cámara Nacional de Comercio de Pánuco, María Magdalena Rivera García, anunció que en una reunión con su homólogo de Ébano, San Luis Potosí, se expresó un gran interés por la reactivación de este ferrocarril, solo faltaba la suma de los tamaulipecos en esta lucha.

Decenas de comunidades anhelan retomar su esplendor luego de más de dos décadas de abandono y pobreza. El plan les trajo esperanza en un mejor mañana, que hasta hoy no ha llegado a buen destino. 

Era necesario que los gobernadores respaldaran el proyecto, pero no ha sido posible homologar criterios y la pandemia de coronavirus pero sobre todo la falta de voluntad política, vino a complicar el objetivo aún más. 

En Tampico hay empresarios y asociaciones a favor de que se vuelva a poner en funcionamiento la corrida a Magozal, afirmó a MILENIO Elvia Holguera Altamirano en junio de este año. 

Es el anhelo de localidades como Mascareñas, Pedernales, Estación Carbono, Tanceme, Quebrache, La Puente, Chapancal, Cebadillas, Estación Agrarios y Topila, entre otras por las que desfilaba la gran máquina con sus vagones. Sin embargo, más allá de las buenas voluntades, las empresas ferroviarias han dejado claro que no es rentable volverlo a echar a andar, por lo que queda en nostalgia.


LAS MÁS VISTAS