En la plaza de La Concordia, en el municipio de San Pedro Cholula, más de 300 artesanos, trabajadores del campo y productores, se instalaron para llevar a cabo el tradicional "trueque", que estará activo hasta el último minuto de este viernes.
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Desde las 6:00 de la mañana, llegaron de otros municipios, comunidades y hasta de estados como Veracruz, Chiapas, Jalisco, Oaxaca y Querétaro, para ofrecer sus cosechas, artesanías hechas a mano con fibra, palma, piedra volcánica, barro y otros materiales.
Los productos que los interesados pueden intercambiar son: arroz, frijol, atún, papel higiénico, juguetes, cobijas, ropa y calzado en buen estado, para iniciar la negociación, llegar a un acuerdo mutuo y realizar el intercambio.
"Guardamos del año pasado para hacer intercambio, igual damos igual, ni más, ni menos, tenemos que traer ropa que realmente sirva porque ropa que ya no tenga caso no tiene caso, que la vengamos a cambiar", dijo la señora Ángeles García.
Cabe resaltar que el 28 de febrero del presente año, esta actividad se declaró como Patrimonio Cultural Inmaterial del Estado de Puebla, por su antigüedad y por el impulso a que las nuevas generaciones lo aprendan y prevalezca en la entidad. La magnitud del evento, provocó la suspensión de clases en algunas escuelas para que los niños y adolescentes asistieran con sus familias.
"Les dieron el día para que vinieran a ver lo del truque, es bonito no, porque igual nos dan y damos, y no tanto por lo que dejamos o por lo que nos dan, sino por lo que queremos que nuestros hijos aprendan también", señaló.
Doña Teófila, originaria de San Marcos Acteopan, ofrece a los ciudadanos cazuelas y ollas de barro a cambio de productos para su hogar o ropa para su familia, desde pequeña asistió de la mano de su abuela y ahora ella lleva a sus nietos.
"Nosotros venimos desde chiquitos, como ahora traemos a los niños, así no trajeron nuestros papás, nos trajeron y ya quedamos nosotros, y hora traemos a los nietos, así vamos, es una tradición para que esto no se pierda, porque si se pierde imagínese, unos a otros nos vamos ayudando, a ellos les gusta una olla o cazuela y nosotros se los cambiamos, ahora vamos a ser nuestro caldito de haba", narró doña Teófila.
CHM