Hay quien dijo que llegaron a las 6 de la mañana. Otros que a las 7.
Lo cierto es que los vecinos de La Providencia, allá en Mineral de la Reforma, se encontraron este martes con la sorpresa de que las vías principales de la zona estaban bloqueadas por elementos de las secretarías de Seguridad Pública local y de Protección Civil. La razón, argumentaban los servidores públicos, conminar a los automovilistas, choferes y transportistas a usar el cubrebocas para impedir el avance de la pandemia en la demarcación.
Dicen que el antes conocido “foco rojo” se ha convertido ya en una desbordada emergencia sanitaria y que la medida no solo es necesaria, sino urgente en esa municipalidad.
Establecieron dos retenes al inicio de la carretera Providencia-Pachuquilla. Ambos sobre la calle conocida como Carretera a Petróleos, aunque en diferentes puntos: el principal sobre bulevar Providencia, para ingresar a la colonia; el segundo en la confluencia con el circuito del mismo nombre, para salir.
La medida pareció exagerada para algunos, otros la aplaudieron y varios se quejaron por los inconvenientes para la circulación habitual. De hecho hubo quien amenazó a los elementos cuando le impidieron hacer su habitual recorrido desde su vivienda: “si no me dejas pasar te grabo y te voy a quemar en el face”, le dijo a los policías el hombre de unos 45 o 50 años.
El policía se limitó a pedirle que continuara circulando porque empezaba a provocar la molestia de otros. “Te voy a grabar”, le gritó nuevamente. “Usted puede hacer lo que guste siempre y cuando no obstaculice mi labor aquí y no ponga en riesgo la salud de los demás”, le respondió el uniformado.
Justo donde estaba estacionada la patrulla para obstaculizar la doble circulación en la calle que de forma habitual es usada así, una lona bastante visible había sido colocada con los logotipos del municipio y del Operativo Escudo enmarcando la leyenda “Providencia, zona de alto riesgo de covid-19. Disculpe la molestia que esto le ocasiona. Tome vías alternas. #Quédate en casa”.
En el otro punto, personal de Protección Civil detiene a los choferes del servicio de transporte público de pasajeros, les reiteran la necesidad de usar el cubrebocas y mantener la ocupación de la unidad al 30 por ciento para evitar contagios. Una usuaria se ríe y dice que deberían hacer eso de forma permanente porque hay rutas, especialmente la que va hacia la zona de las centrales de autobuses y de abasto, en Pachuca, en las que los conductores hacen caso omiso de las recomendaciones y además de ir fumando o sin cubrebocas, suben a la mayor cantidad de pasaje posible, como si no pasara nada.
Hay 12 elementos de Protección Civil. Unos hablan con los automovilistas, otros se encargan de poner orden al tránsito vehicular y un par más están atentos a los mensajes que surgen de sus radios de banda ancha.
Las personas que se dedican a la venta de tamales en la zona han terminado ya su venta del día. Las medidas adoptadas les beneficiaron porque, además, hoy es el festejo de la Candelaria y quienes tuvieron la fortuna o mala pata de toparse con un “muñeco” en la Rosca de Reyes, están obligados a pagar la tradicional deuda. El chalán de la carnicería ubicada metros adelante en avenida Santa Cecilia se quedó con las ganas de uno de chile verde. A la señora se le olvidó apartarlo.
En la tienda de abarrotes, la tendera pregunta a una clienta si es todo, si se le ofrece algo más. La aludida pide un kilo de frijol negro y mientras pesa la mercancía en la báscula digital, le pregunta si supo de la muerte del niño, el que estaba malito de sus facultades en la otra calle: “murió de covid, pero su familia dice que fue una complicación cardiaca porque el corazón le creció demasiado, la verdad es que sí le dio coronavirus, pero no quieren decirlo porque de por sí les hacen el feo los otros vecinos… no quieren tener problemas”.
Los policías siguen cerca de la patrulla. Responden a las preguntas de transeúntes y automovilistas. Reciben agradecimientos y quejas.
¿Y cómo le hace uno para reportar a los que hacen fiestas cada fin de semana?, preguntan dos personas a los oficiales. Uno de ellos le responde que lo puede hacer al 911 y la pareja ríe.
Aseguran que han tenido varias emergencias en la colonia y las han reportado a eso que llaman número de emergencias y sí, les han contestado, pero los servicios nunca llegaron. “Imagínese, hace como un mes se estaba quemando un predio y mejor los vecinos nos organizamos para apagarlo porque nunca llegó nadie. Y luego dice gobierno que tienen no sé cuánto porcentaje de efectividad, pero la verdad es que no responden, no atienden y no envían servicios, todo mundo lo sabe”.
El policía les escucha atento y les proporciona el número telefónico de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, el 771 2110432, ahí atienden siempre los llamados de emergencia. Una de las personas toma nota y agradece la disposición del oficial, quien les despide con un movimiento de sus manos. Se ve molesto.
“¿Tú crees que a mí me da gusto estar aquí? Yo tengo familia, tenemos otras actividades que hacer de nuestro trabajo y no podemos porque la gente es necia y no entiende que debe cuidarse. Da coraje, en serio, se supone que esto es responsabilidad de todos y pocos hacen caso y luego se enojan porque se toman estas medidas, pero neta, es la única forma de detener esto porque está bien cabrón. Conozco a alguien que trabaja en Infra y me dice que ya no se dan abasto y los hospitales están llenos. Imagínate ¿si alguien tiene orita un accidente?, pos no lo van a poder atender porque todo es covid y no hay espacios, ya no hay lugares, pero eso no lo ven. Neta da coraje”.