Una reducción de más de 100 millones de pesos y la desaparición de 18 fondos extraordinarios es lo que enfrentará la Universidad de Guadalajara en su presupuesto del 2021. Para 2020 la Universidad pudo acceder a cinco fondos y obtuvo 137 millones 673 mil 683 pesos, mientras que para el 2021 sólo podrán acceder a dos fondos, por lo que sólo recibirán 38 millones y medio de pesos.
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“Este es el golpe más grande que ha habido al presupuesto de la educación en la historia de México. De seguir tratando a las universidades como instituciones del viejo régimen, la afectación es para todos los jóvenes de México, la afectación es para el futuro de este país, atenta contra el factor de movilidad social (la educación universitaria) que será el que reducirá la desigualdad más importante en este país”, dijo el rector Ricardo Villanueva Lomelí.
Detalló que el apoyo al equipamiento en infraestructura, desarrollo cultural y científico, así como el estímulo a docentes, serán los programas más afectados por la falta de recursos para el 2021.
“Hasta ahora, el impacto más sensible para nuestra Universidad es la reducción del programa de estímulos para nuestros profesores y la extinción del Fondo U040 en el presupuesto 2021. Lo que inició como un Programa de Estímulos a la Calidad Docente de la SEP, con el tiempo se ha convertido, por parte de la Secretaría de Hacienda, en un esquema de salario condicionado y estamos a punto de pasar, en 2021, a que se materialice como un programa de reducción salarial”, subrayó Villanueva Lomelí.
Precisó que el programa tiene un déficit de 70.5 millones de pesos derivado de: el nulo crecimiento presupuestal en el U006; prohibición de la SEP para integrar el U040 al Proesde y la incorporación de 151 nuevos beneficiarios.
En rueda de prensa virtual, exigió al gobierno federal que se otorgue un presupuesto digno para la educación superior, regresar los recursos de fondos extraordinarios y que los recursos para los estímulos a docentes que cumplan con los requisitos de la convocatoria sean garantizados.
Villanueva Lomelí indicó que para enfrentar el difícil panorama económico que se avecina la Comisión de Hacienda de la Universidad autorizó, para este año, redireccionar 43 millones de pesos, sin embargo, hay incertidumbre sobre los recursos para 2021.
“Con este esfuerzo completamos 100 por ciento de los 629 millones de pesos que se requieren para el programa de estímulos 2020. Sin embargo, al no permitirnos, la Federación, sumar el fondo U040 con el U006, nos vemos obligados a aplicar la cláusula de ajuste establecida en el artículo 8 del reglamento de estímulos; por lo tanto, habrá mil 085 profesores que saldrán beneficiados en dos convocatorias y recibirán un monto mayor que el año anterior, y mil 900 docentes que únicamente recibirán los estímulos de una sola convocatoria, pero disminuidos por la cláusula de ajuste, en alrededor de 4.5 por ciento de sus ingresos”, detalló.
El programa de estímulos tiene la finalidad de que las universidades tengan docentes con perfil deseable y que las universidades mejoren su calidad; la UdeG se como la universidad pública estatal con los mejores indicadores del país, y es este factor el que la coloca como la más afectada.
Villanueva Lomelí dijo que la extinción de 10 de los 11 fondos federales extraordinarios significa la reducción más grande al presupuesto para educación en la historia del país. Un golpe de seis mil 777 millones de pesos menos para la educación superior pública en México.
Explicó que, para mantener el mismo nivel adquisitivo de 2015, el presupuesto 2021 de la UdeG debería ser de 13 mil 232 millones de pesos, mientras que en la iniciativa de presupuesto se proyectan únicamente 12 mil 558 millones. “La realidad es que el presupuesto de las universidades no ha crecido en los últimos cinco años; al contrario, el presupuesto para la Universidad se vería reducido en 674 millones menos para 2021. A este escenario adverso debemos agregar la extinción de casi todos los fondos extraordinarios, que representan otro golpe de mil 423 millones menos al año para crecimiento de matrícula, estímulos a docentes, investigación, becas e infraestructura, entre otros conceptos”, apuntó.
Héctor Raúl Solís Gadea, vicerrector ejecutivo de la UdeG, consideró que se debe informar a las comunidades universitarias sobre la afectación y “generar un clima de exigencia por parte de las universidades para que se exija a las autoridades una revisión a fondo de esta política. Sigue una defensa de la universidad pública”.
El coordinador general Académico y de Innovación, Carlos Iván Moreno Arellano, puntualizó que el programa de estímulos a nivel nacional se basa en la existencia de fondos extraordinarios y el crecimiento del subsidio por encima de la inflación de manera significativa, pero ya no se cuenta con ninguna de estas dos. “Pareciera que las políticas federales van más enfocadas a desincentivar el trabajo que hacen nuestras y nuestros investigadores, como se había impulsado en las últimas tres décadas en nuestro país”.
Agregó que “es incomprensible reducir los fondos a las universidades públicas estatales que son, precisamente, las que más han incrementado su matrícula en los últimos años”.
MC/SRN