Victoria llegó a Pachuca hace cinco años para trabajar en una empresa editorial y se hospedaba en una casa de huéspedes en donde conoció a un colombiano con quien salió por un tiempo, se enamoraron y decidieron casarse posteriormente.
Él llegó a la Bella Airosa después de que un grupo de colombianos, que actualmente sigue ofreciendo préstamos a la gente, lo contactó para ofrecerle trabajo “estable” en México, con prestaciones y el vuelo de ingreso al país en forma de crédito, a lo que accedió para tener una mejor oportunidad de vida, dejando en Colombia su trabajo en bienes raíces y su vida para realizarse aquí, en Pachuca.
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Cuando ambos se conocieron supieron que tenían compatibilidad y tras notar algunas irregularidades en su empleo, él decidió renunciar y comenzar con nuevos proyectos junto a Victoria, pero aquí inició el viacrucis de ambos.
“Cuando mi esposo renuncia, su jefa lo amenaza porque ella y su marido, que también es colombiano, se sienten como dueños de la gente que traen a México, pero nunca pensamos que esto pasaría a más”, dice Victoria, y solo unos meses después, su historia de amor dio un giro inesperado que, a cuatro años, desean que todo termine.
“Mi esposo recibió una llamada de un amigo en Colombia para decirle que estaban investigando sobre él, por una denuncia, y días siguientes recibe una llamada de su ex jefa para pedirle que finiquitara lo del costo del vuelo para traerlo a México, y al día siguiente fuimos para cubrir esa situación y ya solo debía como tres mil pesos.
“Tras pensar que habíamos cerrado ese ciclo, pues nos fuimos con mi familia, que vive en Ciudad de México, a pasar un fin de semana pero rentamos una camioneta y al momento de regresarla, nos devolvieron el depósito de 10 mil pesos, dinero que lo depositamos al día siguiente en el Oxxo de Campestre y, cuando llegamos, un auto blanco se paró en seco y lo detuvo con una orden que hasta tenía mal el nombre de mi esposo”, relató la joven.
Ella supo que tenía que acompañarlo, “porque me daba miedo que lo desaparecieran”, así que ambos fueron llevados a la Procuraduría General de Justicia del Estado de Hidalgo (PGJEH) en donde los detuvieron y tras comunicarse con su familia para informarle de esta situación, al día siguiente los llevaron al Ministerio Público donde los funcionarios les señalaron que estaban por cohecho, por haber querido sobornar a los policías que los detuvieron, “lo cual no fue cierto y más bien ellos nos insistían en que con cuánto íbamos a cooperar para dejarnos libres”.
Resultó que uno de los policías que los detuvieron era primo de la ex jefa del esposo de Victoria, y ya detenidos, a él le dieron oportunidad de llamar a la Embajada de Colombia, y fue hasta el día siguiente cuando llegó su familia y les llevaron de comer, “pero no sabíamos ni por qué estábamos detenidos”, situación que fue ratificada por los abogados de oficio que les informaron que no había por qué mantenerlos ahí.
Tras contratar a abogados privados, y que el papá de Victoria se hubiera presentado en la PGJEH, en donde trabajó años atrás, ella quedó libre, pero a su esposo lo llevaron a las oficinas de migración en Pachuca en donde se quedaría una noche más, por lo que ella regresó a su casa para estar lista al día siguiente e ir por su esposo, con quien llevaba casada seis meses.
“Al otro día me habla mi marido y me anuncia que lo habían llevado a Iztapalapa a la estación migratoria, así que nos fuimos para allá y me dejaron verlo por 10 minutos, y pidieron que llevará al día siguiente los papeles que demostraran vínculo familiar, así que me regreso a Pachuca para reunir los documentos y al día siguiente le hablé a mi cuñada, que vive en Colombia, y cinco minutos después de que colgamos, me marca para decirme que él ya estaba en Bogotá, ya lo habían deportado”, explica.
Victoria renunció a su trabajo en Pachuca, decidió regresar a la Ciudad de México y tras pedir apoyo al gobierno del estado, “que no me ofreció lo que requería”, han solicitado el permiso para que su esposo regrese, “pero la han negado en estos cuatro años”, así que ella tendrá que dejar a su familia para poder reencontrarse con su esposo en Colombia.
Tras este pesar, Victoria hace un llamado “porque es necesario que haya claridad en los procesos migratorios porque de eso se deriva a que la gente no esté regulada y que es importante que se informe el porqué del rechazo de una visa, no se sabe si tienes alerta migratoria, por cuánto tiempo se tiene prohibido a la persona regresar al país, y todo esto deriva a la corrupción.
“El Instituto Nacional de Migración (INM) no tiene protocolos ni conocimiento de sus procesos y que hay corrupción, la hay, sobre todo de estos grupos de personas que enganchan a la gente y los traen con engaños, porque tienen vínculos con personas dentro del instituto y así lo siguen haciendo, y eso es una falta, es algo ilegal, pero a las autoridades mexicanas no les importan los migrantes y hay muchas familias rotas por ese desinterés, como es mi caso, por lo que tendré que dejar todo para poder estar con él”, concluyó.