Con ataúdes hasta en la sala de descanso, una funeraria en Los Ángeles colapsa por covid-19

Por primera vez en su historia, esta pequeña funeraria ha tenido que rechazar gran cantidad de clientes debido al aumento de fallecimientos por covid-19. Tuvieron que construir espacios en el garaje para almacenar más cuerpos embalsamados

Esta funeraria en Los Ángeles por primera vez en su historia está rechazando clientes debido a las muertes por covid-19. Fotos: Patrick Fallon/AFP
AFP
Los Ángeles, EEUU /

Boyd Funeral Home es una pequeña funeraria familiar en Los Ángeles y está tan saturada de personas fallecidas por covid-19 que ha comenzado a rechazar clientes por primera vez en su historia.

"El fin de semana anterior rechacé a 16 familias para las que no podía prestar servicios", dice la propietaria Candy Boyd. "Es triste. Pero así es ahora".

En las últimas dos semanas, el coronavirus azotó la ciudad de Los Ángeles. La funeraria llegó al punto de tener cuerpos embalsamados en el garaje y un ataúd con una pequeña corona de flores en la sala de descanso de los empleados. Llevaba allí una semana.

Alrededor del 80 por ciento de los fallecidos que llegaron a la funeraria murieron a causa del virus.

Uno de cada 10 residentes de la segunda ciudad más grande del país se ha infectado desde que comenzó la pandemia, y casi 300 personas murieron diariamente la semana pasada a medida que aumentaban los contagios.

En la recepción de Boyd, los teléfonos no paran de sonar, pero quienes llaman no obtienen respuesta. El abrumado personal ahora les dice a los clientes que simplemente se presenten y hagan fila.

Incluso están recibiendo llamadas de familias desesperadas de otros condados, a más de una hora en auto.

Muchas morgues de hospitales también están llenas, con forenses locales que utilizan camiones refrigerados para acomodar víctimas. Algunos cementerios advierten de listas de espera de dos semanas.

"Las cosas están cada vez más fuera de control", dice Boyd.

"Esta habitación es nuestra área de almuerzo, sin embargo, tenemos que usar esta sala como espacio para ataúdes", explica la propietaria. "Hemos hecho los servicios, pero el cementerio está tan ocupado que tenemos que retenerlos aquí hasta que tengan tiempo de hacer el entierro".

Cuerpos en el garaje

Como gran parte del sur de Los Ángeles, en el vecindario de Westmont viven principalmente comunidades de clase trabajadora negra y latina, que residen en hogares densamente poblados.

Estas zonas se han visto particularmente afectadas por la pandemia, con tasas de mortalidad dos o tres veces más altas que las de las comunidades cercanas.

La cámara frigorífica de la funeraria de Boyd ha estado constantemente llena.

Hace dos semanas, Boyd contrató carpinteros para que construyeran dos grandes estructuras de madera en el garaje de la empresa para almacenar cuerpos embalsamados.

"Ni siquiera ha tenido la oportunidad de terminar realmente porque necesitábamos (almacenar) éstos", dice, señalando los cadáveres envueltos en bolsas que yacían en los estantes.

Algunas funerarias han informado de una escasez de ataúdes debido a la falta de madera, aunque el proveedor de Boyd se mantiene al día con los pedidos siempre que se realicen con suficiente antelación.

Preocupada porque sus cinco empleados se contagiaron del virus al comienzo de la pandemia, Boyd se negó inicialmente a aceptar a las víctimas de covid. "Tenía pesadillas. No podía comer, no podía dormir", recuerda.

Desde entonces, Boyd ha creado protocolos de seguridad y ahora se siente cómoda lidiando con la afluencia, aunque insiste en que "no se trata de un tema de dinero. Se trata de ayudar a las familias", dice.

"Me pasa factura todos los días, estoy lidiando con esto", agrega Boyd. "Y tengo que mantener una cara impasible porque tengo que estar ahí para la familia".

A veces, los clientes son personas a las que conoce personalmente desde hace mucho tiempo.

Otras veces, Boyd se encuentra con familias que aún se niegan a usar mascarillas o respetar la distancia física, incluso cuando hacen los trámites para enterrar a sus seres queridos.

"Los números no mienten. Es verdad. Es real", dice Boyd sobre la enfermedad. "Si no te lo tomas en serio, podrías ser una de las personas que están en mi última fila", concluye la propietaria. 

evr

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